(escribe prof. Alejandro Carreño T. ) En un tuit de The Washington Post del 31 de octubre pasado, se lee: “Exclusive: Documents show Venezuelan President Nicolás Maduro drafted a letter asking Russia for missiles, radars and upgraded aircrafts as U.S. forces amass in the Caribbean” (“Exclusiva: Documentos revelan que el presidente venezolano Nicolás Maduro redactó una carta solicitando a Rusia misiles, radares y aviones modernizados mientras las fuerzas estadounidenses se concentran en el Caribe”). Nicolás Maduro está preocupado y no sin razón.

El medio biobiochile.cl del 2 de noviembre confirma la información del medio estadounidense citado en el primer párrafo: “Estamos en contacto con nuestros amigos venezolanos”, declaró a la agencia estatal TASS Dimitri Peskov, portavoz de la Presidencia rusa. Debe recordarse que, en mayo pasado, ambos países firmaron en Moscú un “acuerdo de asociación estratégica” y, aunque Peskov no mencionó directamente el SOS de Maduro, sí dijo que ambas naciones están unidas por “obligaciones contractuales”.

Si bien es cierto Donald Trump declaró que no tiene intención de atacar Venezuela, según informa Semana del 31 de octubre pasado: “Trump ha respondido con un tajante “no” a la pregunta de si, como han informado el The Wall Street Journal y el Miami Herald, había tomado ya una decisión al respecto”, el tuit de The Washington Post, encuentra eco en otras publicaciones como CBS, citado por el diario La Tercera de ayer lunes 3 de noviembre, al que el presidente estadounidense declara que Nicolás Maduro sí tiene los días contados.

“CBS: “Are Maduro's days as Venezuela president numbered? / PRESIDENT TRUMP: I would say yeah. / CBS: And are you doing land strikes on Venezuela? / TRUMP: I don't tell you that. I'm not saying it's true, or untrue. I don't talk to a reporter about if I'm gonna strike!” (CBS: ¿Están contados los días de Maduro como presidente de Venezuela? / PRESIDENTE TRUMP: Yo diría que sí. / CBS: ¿Y está usted realizando ataques terrestres contra Venezuela? / TRUMP: Yo no le digo eso. No estoy diciendo que sea cierto ni falso. ¡No le cuento a un periodista si voy a atacar!”).

Fanfarronada o no de Donald Trump (con él nunca se sabe), Nicolás Maduro también le envió un SOS a Xi Jinping, el presidente chino, “solicitando una mayor cooperación militar entre ambos países para contrarrestar la escalada de tensiones entre Estados Unidos y Venezuela”, según el citado medio Semana. Es decir, el temor se ha apoderado del dictador venezolano que tiene en sus manos la solución del problema: entregar el poder a quien legítimamente triunfó en las urnas.

Lo absurdo de esta situación es que Nicolás Maduro pide el apoyo de la región, pero no se hace cargo de que pone a la región en una crítica posición que puede tener consecuencias internacionales, y traer un conflicto bélico a América Latina que nada tiene que ver con sus ambiciones personales y su esencia de dictador. Tampoco le importan los más de siete millones de venezolanos y los problemas que acarrean a los países de la región a los que entran ilegalmente, siendo muchos de ellos delincuentes.

En otras palabras, el problema no es Trump, ni el mundo, ni la región, sino la descarada asunción de Nicolás Maduro a un poder que no le pertenece.