El Cr. Ricardo Gil Irigarne discrepó con la cuotificación política de la Junta de Transparencia y Etica Pública (JUTEP). Comentando “hay una ley que dice que la JUTEP puede sancionar” en caso de consstatar incumplimientos. “No está reglamentada. Nunca sancionó la JUTEP.

Yo pensaba que sí, que tenía que sancionar. Ahora si está cuotificada políticamente prefiero que no sancione porque va a ser una una metralleta para los monos”.

El Cr. Gil Iribarne presidió la JUTEP de 2017 a 2020. En diálogo con @gesor Gil Iribarne se explayó en tema que expuso en charla brindada en mercedes, sobre democracia, corrupción y ética. Comentando “las leyes son todas lindas. En el papel cierra todo. Ahora, en la realidad, si tú mirás la información que publica la Corte Electoral, no tiene datos, no tiene elementos, no tiene información. Yo soy Contador, y no puedo controlar nada con lo que está ahí. No sé de dónde sale la plata, ni en qué la gastaron. Entonces, son declaraciones formales donde todos sabemos o sospechamos que entra plata de muchos lados que no debería entrar. Del sector privado, hasta contratistas del Estado, hasta, eventualmente, fondos de origen ilícito, que no está demostrado. Ojalá no estén entrando, pero un día pueden entrar”.

La democracia no es un antídoto para combatir la corrupción, y los uruguayos durante mucho tiempo dijimos esas cosas que pasan en Argentina, en Brasil, en Perú, aquí no pasa. ¿Se está denunciando más, o antes no se sabía?

- “No. Yo tengo la sensación de que no es que haya mucho más. Hay más comunicación, más información disponible, internet, las redes. Pero creo que lo que tú decís de que a nosotros no nos va a pasar es lo peor que se nos puede ocurrir. Es la forma de que nos pase.

Creo que Uruguay sigue teniendo fortalezas importantes, pero si nos quedamos en eso, en la autocomplacencia, nos va a pasar. Le pasó a toda la región, ¿por qué a nosotros no? Yo creo que nos va a pasar. Ojalá que no, ojalá que las fortalezas que tenemos prevalezcan, pero la corrupción debilita a la democracia. Y si la pérdida de confianza se generaliza, si ya no creemos en nada y en nadie, tampoco vamos a confiar en la democracia. Entonces, eso es lo más peligroso que nos puede pasar”.

Estos gobiernos que estamos atravesando, ya con los tres principales partidos que han ocupado el poder ¿qué tan corruptos son?

- “Creo que el tema no es el ranking. Y tampoco es, vamos a buscar a ver quién es más corrupto. Creo que el problema hoy está en otra zona que es, si vos me decís, ¿hay gente de cualquiera de los partidos para denunciar? Yo digo que sí, creo que sí. El problema es, ¿hay gente en todos los partidos que podamos decir no son iguales? Porque ese es el tema. El tema es cuando se nos mete en la cabeza, y los hechos nos hacen ser desconfiados, que son todos iguales, que no se puede confiar en nadie.

Yo creo que eso es muy peligroso. Creo que no es cierto. Creo que no todos son iguales, pero hay que demostrarlo. A mí no me preocupa tanto quién tiene alguna culpa, sino quién está haciendo las cosas bien. Y yo creo que hay gente en todos los partidos que está dispuesta a hacer las cosas bien, hacen menos ruido, tienen menos peso. Entonces, a veces predomina lo otro, a veces predomina la mala noticia, el acomodo, el usar el cargo para el bien propio. A mí me parece que eso es lo que hay que revertir, hay que lograr demostrar, y es una responsabilidad de los partidos, tiene que demostrarnos que no son todos iguales porque los ciudadanos tenemos derecho a reclamarle eso”.

Pero a veces no se mide con la misma vara a los propios que a los ajenos.

- “Nunca. Si me preguntans a mí, nunca vi que midan con la misma vara a los propios. Siempre el ajeno es el culpable. Con el propio, bueno, pasó tal cosa, en realidad sí, la macaneó, pero no es tan malo.

Creo que hay que empezar por ahí, hay que empezar por el sinceramiento y lo primero, cada uno en su rancho, encarar que hay cosas que no se pueden admitir, que si admitís un poquito, después terminás admitiendo mucho. Creo que ahí es donde empieza el cambio. Exijámonos todos que no tenemos doble discurso, que no tenemos doble vara de medida para estas cosas, y que si pasa en mi casa, soy más duro que si pasa en otro lado”.

Usted presidió la JUTEP, pero en algunos casos para los de afuera parece que la JUTEP fuera un organismo meramente testimonial, que no tiene las potestades como para profundizar en estos casos.

- “Sí- Creo que pasa eso. Creo que además en los últimos años se ha desdibujado la JUTEP. Yo tuve la suerte de entrar a un directorio que creo que asumió una responsabilidad de decir, si este es un organismo en serio, si esta es la famosa Junta Anticorrupción, no podemos quedarnos callados frente a las cosas que pasan en el país. Sacamos informes duros contra la gente de todos los partidos políticos, y creo que al sistema político no le gustó mucho. Creo que prefieren una JUTEP que exista pero que no moleste.

Entonces creo que eso es un dato malo para el ciudadano, y está en los partidos a revertir esa visión.

Ojalá la JUTEP se fortalezca, ojalá deje de estar como está hoy cuotificada, tantos cargos para vos, tantos cargos para mí, porque eso es lo peor que le puede pasar a un organismo anticorrupción. No puede tener cuota política. Esa es mi opinión. Tiene que ser gente buena, sana, técnicamente capaz, del partido que sea, que hay gente buena, sana y capaz en todos los partidos”.

¿Y debería tener más potestades legales para actuar?

-“Si cambia en ese sentido, si mejora su composición, si le planteamos otra calidad de integrantes y otros objetivos, creo que sí.

Hay una ley que dice que la JUTEP puede sancionar. No está reglamentada. Nunca sancionó la JUTEP.

Yo pensaba que sí, que tenía que sancionar. Ahora si está cuotificada políticamente prefiero que no sancione porque va a ser una una metralleta para los monos”.

El gran tema en cuanto a política, corrupción y a dinero turbio estaría en el financiamiento de los partidos políticos, que nunca es cristalino, y nunca se tiene la certeza de dónde provienen algunos fondos.

- “Es clarísimo. Se hizo un proceso de reforma de la ley y creo que el resultado no es bueno, creo que no logramos una ley que efectivamente cambie la realidad.

En el papel se cambia fácil. Escribir una ley linda es facilísimo. El tema es que después tengas los controles y la posibilidad de saber exactamente de dónde está saliendo la plata que financian los partidos políticos.

También ahí el verso es acá nunca pasó, nunca hubo plata de tal lado dentro de la política, los narcos no están metidos. De vuelta es que a nosotros no nos va a pasar y yo no sé por qué no nos va a pasar. Si no controlamos, si no ponemos normas razonables, si no le exigimos a los partidos que digan cuáles son sus orígenes de fondos y cuáles son sus gastos, nos va a pasar algún día, lamentablemente”.

Y que no quede implemente en hacer una declaración jurada y que no haya control sobre eso.

- “Exacto. El tema ahí es lo que ya te dije, las leyes son todas lindas. En el papel cierra todo. Ahora, en la realidad, si tú mirás la información que publica la Corte Electoral, no tiene datos, no tiene elementos, no tiene información. Yo soy Contador, y no puedo controlar nada con lo que está ahí. No sé de dónde sale la plata, ni en qué la gastaron. Entonces, son declaraciones formales donde todos sabemos o sospechamos que entra plata de muchos lados que no debería entrar.

Del sector privado, hasta contratistas del Estado, hasta, eventualmente, fondos de origen ilícito, que no está demostrado. Ojalá no estén entrando, pero un día pueden entrar”.

En todo eso se trasluce de que los partidos políticos no quieren que se hable de estos temas, y que transparente.

- “No, no quieren porque, además, ese es un caso claro donde los partidos políticos prefieren que no se controle y, como todos piensan lo mismo, no se controla. En el tema electoral, hay oposición de interés. Los partidos se controlan porque cada uno cuida sus votos, sus resultados, sus bancas. Está bien, hay un control cruzado. En el tema del financiamiento, no. Ningún partido quiere ni controlar ni ser controlado porque están todos de acuerdo. Pedirle a los partidos políticos que se autocontrolen es, por lo menos, muy ingenuo”.