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(Opinión)
La tempestad que azotó a La Concordia
“La severa devastación de la playa, la ribera, arbolado y rambla costanera del balnerario La Concordia, es hoy una imagen desoladora que hacen temer por su destino como tal, a la luz de evidencias primarias de cambio climático: elevación del nivel del mar mundial y aumento de la intensidad y fuerza destructiva de las marejadas y vientos sobre las costas marítimas y fluviales del país. Las “pampereadas” (viento SO) del río Uruguay, en este año 2013, han destruido la playa que inspiró la fundación del balneario sorianense, tan estrechamente relacionado con Dolores. En esta primavera, con fuertes vientos y furiosas “marejadas” el río Uruguay, comiendo arena y costa, avanzó 20 metros hacia el Este su línea fluvial, como indicio tal vez de que el agua de su cause viene, tierra adentro, allí, recuperando la memoria de una antigua orilla post glacial. Un vecino del balneario tenía fotos aéreas de la costa, de hace 65 o 70 años, en las que se puede apreciar el inmenso arenal de una playa de 50 o más metros de ancho, con el tupido monte autóctono llegando con su arbolado hasta el borde de la histórica y magnífica playa. No sería erróneo pensar que además del cambio climático, en el dramático angostamiento de la franja playera habrían también influido los muros y pilotes de las represas y grandes puentes sobre los ríos: Negro y Uruguay; reteniendo gran parte del volumen de arena que antes de estas estructuras, el río sin obstáculos en su cauce entonces acarreaba. Incluso habría que saber cómo influyen estas obras en el comportamiento de las corrientes del río Uruguay sobre la ribera del mismo para relacionarlas con el volumen de arena que se deposita o se erosiona, y qué obras hacer para recuperar y proteger el arenal ribereño del balneario. Concordia (en este caso) por su valor social turístico, de interacción y recreación y que como balneario de su tipo: fluvial, tranquilo y pacífico, tiene un plusvalor innominado de activo recuperador de estados alterados por el estrés y cansancio provocados por el cotidiano vivir y trabajar. La pérdida de material de la ribera (tierra, arena, parte de la rambla costanera, arbolado, etc), es muy voluminoso y costosa la recuperación del statu quo del momento antes del temporal destructor que arrió con muchos miles de metros cuadrados de arena de la playa y tierra de la ribera y rambla. Todo hace suponer que la arena para recuperar la playa podría extraerse del fondo arenoso del río frente al balneario, a través de una draga de Hidrografía del Ministerio de Transporte y Obras Públicas. El futuro es incierto pero es inevitable no pensar en la construcción de un malecón defensivo de la costa y rambla inmediata, capaz de contener la erosión y la integridad territorial ante un aumento del potencial destructivo de los vientos y aguas altas de marejadas, encrespadas de furia y hambre de arena de estas playas fluviales. Del antiguo muelle sólo queda una esquelética ruina de viejas madreas duras. Si no se lo reconstruye –lo que sería un acto de recuperación de la memoria histórica antes de que el río y el tiempo se lo lleven lo poco que queda en pie, lo mejor tal vez sería sacar toda la madera (incluida la de los tocones que asoman en la devastada playa) y con ella levantar en el lugar un hico que recuerde su existir allí, como elemento esencial de la antigua Estancia “Concordia” de 1868. Las fotografías de la devastación sobre la playa y la rambla son elocuentes y su observación nos deja una huella de tristeza por la percepción del estado ruinoso en que quedó lo que hasta ayer nomás era una bella postal del paisaje fluvial de “La Concordia”. Ahora sólo cabe esperar por la mano del Hombre reparando el severo daño y el respaldo financiero para encararlo con éxito duradero; no sólo ante el paso del tiempo sino también, estructuralmente, resistente al ariete furioso de las tempestades del porvenir de cambio climático”.
Roberto Sari Torres
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(*) Roberto Sari Torres: ex edil de la Junta Departamental de Soriano. Escritor e investigador doloreño. Autor de varios libros de historia.
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