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“No saben la satisfacción que nos da verlos acá, ver este teatro hermoso, colmado de personas que son parte de este proceso. Hoy se celebra el fruto del esfuerzo, de la perseverancia, del compromiso de cada uno de los egresados y egresadas. Es un logro que no solamente es académico; es un logro humano. Es un logro que se construye con sacrificios, con aprendizaje y con una visión compartida del futuro, de donde queremos ir” expresó Andrés Moller, director del Instituto Tecnológico Regional Suroeste de UTEC. “La universidad se construye con personas, con ustedes, con su talento, con su pasión, con su humanidad. Es un proceso constructivo: la universidad somos todos” agregó.
Amadeo Sosa, Director de Educación de UTEC destacó los “dos pilares” fundamentales en el desarrollo académico de los egresados. “Uno es la familia y los afectos: a ellos les decimos gracias por su apoyo incondicional, por creer en cada uno, estar presentes y brindar aliento en los momentos difíciles. Y gracias por creer en UTEC y depositar su confianza en nuestra institución.
El otro pilar son los equipos docentes, coordinaciones de carrera, responsables educativos, a toda la UTEC, que de alguna manera se vio involucrada en este logro y ha sido parte clave en este proceso desde sus distintos roles. Porque han sido guía y fuentes de inspiración, formando profesionales comprometidos y conscientes de la responsabilidad social que tiene la universidad” puntualizó Sosa.
Durante esta ceremonia el jueves 29 de mayo en el Teatro Miguel Young, se entregaron 73 títulos obtenidos por estudiantes de las sedes de UTEC en Fray Bentos, Paysandú, La Paz y Nueva Helvecia. Ellos culminaron sus estudios en áreas que van desde la Mecatrónica, a los alimentos, ciencia y tecnología de lácteos y biomédica, entre otros.
Los egresados y sus proyectos
Cinthia Acosta egresó como Licenciada en Análisis Alimentario en UTEC Paysandú. Con 18 años viajó a Montevideo para estudiar una carrera universitaria pero no culminó la formación. Diez años después y siendo madre trabajadora, retomó los estudios y completó la Licenciatura en Análisis Alimentario de UTEC.
“Poder hacerlo sin alejarme de mi ciudad ni desarraigar a mi hija fue fundamental, ya que cada momento invertido en la carrera era un sacrificio compartido. El compromiso, el amor y el apoyo incondicional de mi familia y compañeros fueron claves para no rendirme y avanzar con intensidad”, destacó Cinthia. En UTEC Cinthia encontró una “familia académica” que complementó su familia personal.
Su trabajo final reflejó su compromiso con su comunidad y territorio. Estudió la caracterización molecular del hongo Gymnopilus junonius, conocido localmente como “hongo de eucalipto”. Esta especie, consumida como alimento en Uruguay es recolectada principalmente por mujeres jefas de hogar de diferentes pueblos de Paysandú.
“Mi investigación representó el primer antecedente genético uruguayo sobre esta especie, aportando herramientas para su correcta identificación y prevención de riesgos”, contó Cinthia.
“Este proceso me demostró que es posible soñar y crecer sin desarraigos, haciendo una ciencia comprometida y con perspectiva humana, gracias al amor, la decisión y una red de apoyo sólida que hizo este camino posible”, agregó.
Un software para la Universidad
Como en cada ceremonia de titulaciones, la programación de software también fue una de las protagonistas. Mauricio Siri, Rodolfo Alegre y Joaquín Hernández culminaron sus estudios y obtuvieron sus títulos de Licenciados en Tecnologías de la Información. Para lograrlo, defendieron con éxito su proyecto “Repositorio de trabajos finales de UTEC”.
Tras una serie de entrevistas con actores de distintas áreas de la universidad, desarrollaron una plataforma que permitirá, una vez se implemente, acceder a trabajos finales y tesis presentadas por estudiantes de distintas carreras. Los estudiantes destacaron la necesidad a nivel académico de contar con esta herramienta, ya que permite “mapear” las investigaciones y proyectos que se generan desde toda la universidad.
Piel, madera y manzanos
Emilia Rondán y Enzo Castillo se titularon como Tecnólogos en Mecatrónica tras desarrollar un proyecto que explora las propiedades de la pasta de madera, un compuesto a base de aserrín y cola vinílica. El material permite la reutilización de un residuo de la industria maderera a bajo costo, lo que redunda en beneficios tanto ambientales como económicos.
Leonardo Eguía se tituló como Ingeniero en Mecatrónica con su proyecto “Robo Cutter: robot raleador de manzanos”. El raleo es una práctica habitual y se basa en el retiro de algunas frutas del árbol, acción que permite obtener una mejor calidad en los que quedan y continúan su crecimiento.
El proyecto del novel ingeniero se basó en un prototipo de brazo robótico articulado, entrenado mediante inteligencia artificial para ralear manzanos. El trabajo de Leonardo plantea una alternativa para que la tarea, que se realiza a la intemperie y en altura, se pueda desarrollar mediante el empleo de dispositivos tecnológicos.
Por otra parte, el diseño y desarrollo de un simulador de piel para la práctica de suturas fue la base del proyecto que Sofía de Bérail y Valentín Ferrando llevaron a cabo para titularse como Tecnólogos en Ingeniería Biomédica. El prototipo contó con la aprobación del personal médico del Hospital Pereira Rossell y según contaron los estudiantes, se espera que sea una contribución a los procesos de aprendizaje y práctica en ambientes simulados y controlados.
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