Sofía de Bérail tiene 21 años y es de Puntas de Valdez en San José. Ella estudia Ingeniería Biomédica en UTEC Fray Bentos junto a Valentín Ferrando, de 22 años y oriundo de Mercedes, Soriano. Juntos decidieron trabajar para crear un simulador de piel para el entrenamiento de suturas que pudiera ayudar a los estudiantes de medicina del Hospital Pereira Rossell. Este proyecto les ha permitido a los estudiantes titularse como Tecnólogos en Ingeniería Biomédica (el título intermedio de la carrera de cinco años). Formarán parte, junto a otros 72 estudiantes de la Universidad Tecnológica, de la ceremonia de titulaciones que tendrá lugar en el Teatro Miguel Young de Fray Bentos a las 16 horas este jueves 29 de mayo.

“El proyecto aborda la necesidad de crear un simulador para el entrenamiento en prácticas de sutura dirigido a estudiantes de medicina del Centro Hospitalario Pereira Rossell”, detallaron Sofía y Valentín en su proyecto. Según contaron los estudiantes, actualmente se usan otros tejidos como piel de cerdo o esponjas para realizar estas prácticas.
Luego de evaluar distintos materiales que se encuentran disponibles en el mercado local, escalaron a un prototipo a base de resina y caucho de silicona. El material fue seleccionado en base a su similitud con la piel humana, validada mediante ensayos y con la revisión de cirujanos expertos. El simulador, fabricado sobre un molde diseñado y modelado con tecnologías de impresión 3D, ofrece un realismo adecuado para la práctica de suturas en un entorno clínico simulado. Los estudiantes de UTEC elaboraron prototipos que no necesitan de estos tejidos y aportan variedad: están diseñados con diversos cortes, en varias direcciones, formas y tamaños, para que el profesional pueda enfrentarse a los distintos tipos de heridas. A su vez, se han fabricado prototipos lisos, que permiten realizar cortes  con bisturí, para luego efectuar la sutura. Hoy los resultados del proyecto están a disposición del Hospital Pereira Rossell.

Este desarrollo, sin embargo, tuvo sus orígenes mucho antes. Los estudiantes de UTEC contaron que la idea del proyecto comenzó mientras cursaban segundo año de la carrera. Un día en clase se les planteó la posibilidad de trabajar con el Hospital Pereira Rossell y Sofía no lo dudó, fue la primera en entusiasmarse. “Surgió de mi interés por todo lo referente a los biomateriales y me acompañaron otros compañeros. Elegimos el tema de la simulación de piel para la práctica de suturas porque nos pareció el que mejor podíamos desarrollar con los conocimientos que teníamos hasta el momento”, señaló Sofía.

Si bien un aspecto clave de la Ingeniería Biomédica se centra en el mantenimiento, instalación y manejo de equipos e instrumental médico, el proyecto de los estudiantes busca explorar un área no tan frecuente: los biomateriales. Esto de cierto modo supuso abrir camino en el tema, por lo que apelaron a la búsqueda de bibliografía y el apoyo de docentes y tutores.
“Era la primera vez que se abordaba el tema de los biomateriales en un proyecto de tesina en UTEC. Además, algo que también fue distinto a otros proyectos, es que comenzó en esa unidad curricular pero luego lo seguimos hasta nuestra defensa en otra materia. En total hemos estado un año trabajando en el proyecto”, dijo Valentín.

Los estudiantes contaron que el ida y vuelta con el Hospital ha sido muy bueno, un aspecto que fue clave para que el desarrollo del proyecto alcanzara una culminación. “Ellos nos incentivaron mucho a seguir” sostuvo. En este sentido, los vínculos entre el programa de Ingeniería Biomédica de UTEC y las instituciones hospitalarias son un aspecto muy valorado. Permiten identificar y resolver problemas reales mediante soluciones a bajo costo y alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, planteó Ella Escandón, coordinadora de Ingeniería Biomédica de UTEC.

Materiales accesibles y una línea de trabajo poco explorada
“Primero hicimos un molde con impresión 3D y luego llegamos a hacer seis prototipos de simuladores, que es lo que usan en el Hospital para practicar. Ese modelo ya está siendo utilizado por el hospital” explicó Sofía. Contaron que incursionar en la impresión 3D fue algo nuevo, ya que no forma parte de la carrera, por lo debieron hacer frente a este  aspecto como un desafío adicional del proyecto.

Los prototipos son en promedio, de 15 por 12  cm y presentaron variaciones de tamaño, color y composición de materiales. Estos se pusieron a disposición del Pereira Rossell.
Desde la institución resolvieron que uno de ellos cumplía con las características necesarias para realizar las simulaciones de sutura.

Sofía y Valentín contaron que luego de distintas pruebas, el prototipo seleccionado fue el de caucho y silicona. “Nosotros llevamos un prototipo y en el Pereira nos dieron consejos para mejorarlo y hacerlo más económico, así pudimos llegar al que salió bien” indicó la estudiante de UTEC. Además de no ser un área muy explorada dentro de la carrera, los estudiantes destacaron que el tema es novedoso incluso a nivel país. De hecho ya se presentó una escala reducida en el marco del Congreso Internacional de Ingeniería Biomédica y Bioingeniería. “En ese congreso les llamó mucho la atención porque no es algo que haya mucha investigación hecha. No está indicado concretamente qué materiales usar para desarrollar este tipo de simulador”, reconoció Sofía.

Transferencia de conocimiento: el proyecto en manos del centro hospitalario
 
Todo el conocimiento generado en el marco de la investigación, desde la forma de realizar los moldes a los compuestos que se deben emplear para crear los simuladores, quedaron a disposición del Hospital Pereira Rosell. A partir de ahora pueden fabricar sus propios simuladores para la práctica de suturas. “El objetivo de nuestro proyecto fue brindarle al Pereira Rossell un instructivo detallado paso a paso. Y eso se concretó” concluyó Sofía.
Si bien el resultado ya es replicable para la institución, existen varios aspectos que se pueden mejorar con proyectos que puedan generarse a futuro. A modo de ejemplo, señalaron que los simuladores podrían hacerse con la forma de alguna parte del cuerpo, para que la experiencia de práctica sea aún más realista.
Los estudiantes de UTEC destacaron la utilidad del proyecto para fortalecer la formación médica en ambientes seguros y controlados.

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