(escribe prof. Alejandro Carreño T.) Mala cosa para Daniel Noboa, el joven presidente de Ecuador que, a menos de dos meses de su reducidísimo mandato presidencial de 18 meses, enfrenta una serie de motines en diversas cárceles del país, con gendarmes secuestrados por los reos. El Presidente culpó a las bandas de narcotraficantes, al sicariato y al crimen organizado, instalados hace años en el país. Y no deja de tener razón. De acuerdo con el Informe Global Contra el Crimen Organizado Transnacional (Gitoc), presentado el 26 de septiembre del año pasado en la Capilla del Hombre, en Quito, Ecuador se encuentra en las diez naciones con mayor criminalidad en el mundo. Un Informe para nada halagador.
Y la realidad, siempre odiosa, como suelo decir, se desató con furia en el país de Jorge Icaza, autor de la célebre novela Huasipungo. Primero fue la rebelión de los presos en por lo menos seis cárceles del territorio. Ante tales hechos, Noboa decretó Conflicto Armado Interno, y ordenó a las Fuerzas Armadas a intervenir para controlar las numerosas bandas que operan tanto dentro como fuera de los recintos penitenciarios, Lo importante es que todas las corrientes políticas representadas en la Asamblea Nacional de Ecuador, entregaron su apoyo a las Fuerzas Armadas, a la policía y demás funcionarios encargados de mantener la seguridad y la tranquilidad de la ciudadanía.
Hoy el horno no está para miramientos ni distracciones ideológicas, y así lo ha entendido el Poder Legislativo que, además, expresó el propósito de indultar o amnistiar cuando sea necesario, para garantizar el cumplimiento de las funciones requeridas. Ecuador está dando un ejemplo de unidad y de sentido común que no siempre se encuentra en otros países, como en Chile, por ejemplo, en el que se ha romantizado al delincuente, al narco, al terrorista y hasta se les premia con indultos y pensiones de gracia. El crimen organizado, ultrajador de democracias, debe ser atacado y exterminado sin contemplaciones de ningún tipo.
Más aún cuando se trata de bandas criminales como las denunciadas por el Presidente Noboa, que actúan de manera salvaje por la disputa de cualquier barrio, de cualquier cuadra, de cualquier plaza, de cualquier cárcel, destruyendo la paz social, asesinando y demoliendo las instituciones. Solo descerebrados ideológicos pueden romantizar y aplicar derechos humanos a criminales como los de Águilas, ÁguilasKiller, Ak47, Caballeros Oscuros, ChoneKiller, Choneros, Covicheros, Cuartel de las Feas, Cubanos, Fatales, Gánster, Kater Piler, Lagartos, Latin Kings, Lobos, Los p.27, Los Tiburones, Mafia 18, Mafia Trébol, Patrones, R7 y Tiguerones.
La crisis desatada por estos grupos asesinos se trasladó de las cárceles al seno de la vida ciudadana, atacando la Universidad de Guayaquil y el canal TC Televisión. El caos es total y Ecuador vive con las armas en la mano. Las bandas criminales han declarado la guerra al Estado y los muertos comienzan a sumar: diez, incluyendo a dos policías, y 70 detenidos. Crece la preocupación mundial por la crisis de seguridad que vive el país. Estados Unidos monitorea la situación, en cuanto otros, como Rusia, condenan los ataques terroristas y Argentina ofrece el envío de fuerzas de seguridad. 
Mientras tanto, Chile, que sufre una crisis de seguridad que está bien cerca de alcanzar a Ecuador, envió la siguiente nota a través de la Cancillería: "En este sentido, espera que esta situación se resuelva en el marco del Estado de derecho y de la institucionalidad vigente en Ecuador, con total apego y respeto a la democracia y a los derechos humanos". Todo esto luego de entregar su apoyo a la institucionalidad ecuatoriana. El país cayéndose a pedazos y el gobierno de Chile preocupado de los derechos humanos. 
¡De los delincuentes, narcos y terroristas, por cierto!
 

(*) foto ecuavisa.com