(escribe Aldo Roque Difilippo)  Pero el espionaje  a   dirigentes políticos o sindicales o a cualquier vecino no había comenzado ahí.  Hacía por lo menos 30 o 40 años  que los servicios de inteligencia policial y militar marcaban, anotaban en libretas y escudriñaban en la vida privada de las personas. O quizá es una práctica  realizada desde el comienzo mismo de nuestro país, sólo que  comenzaron a aparecer registros que  dejaron huellas de ese meticuloso trabajo.

La democracia uruguaya, tan denostada,  en los años 70,  como modelo político, escondía en sus filas esa práctica de espionaje y control  hacia la sociedad civil. La  divulgación de los archivos “Berrutti” (archivos del SID, Servicio de  Inteligencia de la Defensa), entre otros hechos deja al descubierto algunas de esas prácticas de  espionaje  de los que todos hablaban, que  todos en mayor o menor medida suponían  que existía pero que era difícil de corroborar.

Algunos ejemplos son más que elocuentes:

“Una persona que no se identificó comunicó telefónicamente  a este departamento que cree conocer  a una persona que está requerida por las FF.CC cuyo domicilio sería xxxxxxx casi xxxx. Su esposa trabajaría en la casa de cambios xxxxx. (Departamento de Información e Inteligencia, parte especial  Nº 543/973 – Archivo SID  Rollo 938-0819).

“Una telefonista de la C.Mercedes, persona de confianza, habría tomado conocimiento de que luego del acto eleccionario del 20 de noviembre y como consecuencia de la segura derrota del Frente Amplio estarían previstos atentados dinamiteros para destruir “La Estanzuela” ubicada en el  Departamento  de Colonia.  Saluda a Usted atentamente. El Jefe del  Bo.I Nº 5 Marcelino  H. Rodríguez”. (Parte especial de información Nº 16/971, Batallón Nº 5,  Archivo SID  Rollo Nº 1022).

El informante se queja en en la radio no pasan canciones “neutrales”

En el Memorándum  Nº 210, con destino a la ESMACO el  informante se queja que en la radio no pasan canciones “neutrales”, y  mucho menos  del estilo de “Disculpe”, o “Yo creo en ti”, composiciones de corte floklórico con las que el régimen pretendía contrarrestar la  profusión de música compuesta por  izquierdistas como se  calificaba por esos años a todos aquellos que no eran afín al gobierno de facto.

“Se informa que por CX24 Radio El tiempo se trasmite un programa folklórico diariamente de  21  a 23 horas. Programa  bajo el título de “Escenario del Folklore” y dirigido por YAN LUSTOC, se irradia música folklórica  netamente  de protesta (revolucionaria), donde su director hace  antes de  anuncias el disco un comentario minucioso gerarquizando (sic) el  mensaje inmerso en la canción próxima a irradiar. Los intérpretes  que más relevancia tienen para el director y que más irradia son por ejemplo: Daniel Viglietti, Mercedes Sosa, Atahualpa  Yupanqui, Los Caminanters, Numas  (sic) Moraes, Los Olimareños, Anselmo Grau, etc.- Todos estos  (y otros) son autores  e intérpretes de canciones  que elegidas por LUSTOC son contrarias a nuestro  sistema de Gobierno y lo que es más  a las medidas actuales de seguridad anti-marxistas.

Cabe agregar que es misión del Director del Programa “Hermanar las comarcas americanas”.-Durante muchos meses de ser escucha del programa casi diariamente, no ha irradiado temas de los llamados “neutrales” y mucho menos del estilo de “Disculpe” “Yo creo en ti, o “Zamba de Artigas”, etc.” (Archivo SID, Rollo Nº 794).

Todo era motivo de  informes

En un resumen mensual de lo acontecido, el Servicio de Inteligencia de la Defensa (SID) detalla dos hechos sobresalientes ocurridos en Soriano:  “El día   5   (de abril) y a partir  de ese días los vecinos de casi todos los  barrios de  C.Mercedes hacen llegar sus quejas con respecto a la invasión  de roedores, estos animales proliferan en baldíos de la Planta Urbana en los cuales personas inconcientes arrojan basura”.

Y a párrafo seguido agrega : “El día  24 a las 1500 horas aproximadamente en la Región  General Dolores-Villa Soriano se sintió una violenta explosión. El origen del hecho se desconoce pero sería debido a la  descomposición de un meteorito o la consecuencia de una onda sísmica en alguna zona andina”. (Archivo SID, Rollo Nº 754)

Los Curas también

Pero nadie se salvaba de ser espiado. El 30 de agosto de 1971 el informe resumiendo las “Actividades desarrolladas en el interior del país” bajo el rótulo de Reservado detalla: “En el CENTRO ARTIGAS de  C.MERCEDES disertó el Padre SILVIO FRUGONE sobre el tema “Cristianos y Marxistas”.-El orador se mantuvo en una posición imparcial presentando solamente las características de  cada doctrina emanada de la última Carta Apostólica del Papa Pablo VI” (Archivo SID, Rollo 1021). Evidenciando que los servicios de inteligencia tenían informantes o infiltrados en todos lados. Primero por la precisión  en el detalle de lo expuesto por el Padre Frugone en su charla, y segundo porque no es desatinado suponer que el militar redactor de este informe difícilmente supiera el contenido de “la última Carta Apostólica del Papa Pablo VI”.

La vida privada bajo la lupa

En esa perversa obsesión por espiar  todo, la  vida privada  de las personas también estaba  bajo la lupa. Como lo refleja  un documento del SI de fecha 3 de setiembre de 1974 que relata  “la conducta escandalosa de la esposa” de un vecino mercedario. Vecino de notoria relevancia social y política en esos años. Si bien el documento incluye  el nombre de la persona en cuestión nos lo reservamos  ya que buscamos ejemplificar el grado de intromisión que los servicios de inteligencia tenían en la vida de las personas, y no nos interesa en lo más mínimo exponer gratuitamente  a ninguna persona, por sus acciones en el ámbito privado.

“El motivo de comentarios por parte de la población de  C.MERCEDES, la conducta escandalosa de la esposa del Sr. Xxxxxxxx, la que lo traicionaría manteniendo relaciones sentimentales con varios individuos de esa localidad. Sus actos  no  serían  hechos en forma muy encubierta, comentándose además que estarían en conocimiento de su esposo que debe aceptarlos porque ‘ ella lo domina plenamentye’ ”.

Siempre nos espiaron

Pero las prácticas de espionaje no fueron exclusivas ni surgieron con la dictadura, fueron y quizá son todavía una costumbre de toda la historia democrática uruguaya, como queda  demostrado en un informe de la Jefatura de Policía de Soriano del año  1977 donde se detallan los antecedentes de  varios dirigentes políticos de izquierda, y sindicalistas.

A  modo de ejemplo ese informe incluye una transcripción de  la ficha iniciada a  Ismael Juan Castro Pagés, funcionario del Ministerio de Ganadería y Pesca en la ciudad de Dolores. Donde consta “ANOTACIONES IDEOLÓGICAS -29/7/949.-Dirección Nacional de Información e Inteligencia.-JUSTICIA de la fecha, pág.5, col.6: destaca que en una reunión realizada  en Dolores (Dpto. de Soriano) se nombran nuevas autoridades del Seccional Dolores, con un Secretariado Provisorio, siendo el titular designado Secretario de Propaganda.-En esa reunión se inicia una gran movilización partidaria.-

950.-Dirección Nacional de Información e Inteligencia.-Candidato como suplente a la Cámara de Representante por el Dto. de Soriano, por el Partido Comunista en las elecciones nacionales  del año en curso”. (Archivo SID, Rollo Nº 454).

En el mismo documento se incluye  un informe sobre Raúl Nelly Pérez Escobedo, funcionario de UTE Mercedes, con “ANOTACIONES IDEOLÓGICAS.- 26/4/968.-Dirección Nacional de Información e Inteligencia.- EL POPULAR de la fecha, pág 7, integra la nueva Comisión Directiva de la Filial AUTE del dpto.de Soriano, en carácter de Secretario.-

3/7/968.-Batallòn de Infantería Nº 5.-Detenido durante las Medidas Prontas de Seguridad por haber realizado huelga en U.T.E, el día 2/7/968”.

Sólo dos  ejemplos de una larga lista  de funcionarios públicos  y dirigentes sindicales incluidos en este informe.

Pos dictadura también

Pero  esa práctica no terminó con la dictadura, aunque ha sido sistemáticamente negada por los sucesivos gobiernos  democráticos.

En 1995 el entonces edil Hugo Cuadrado (Encuentro Progresista – Frente Amplio) denunció en la Junta Departamental: “El jueves 15 de junio, día del paro general, el Plenario Intergremial de Mercedes había programado una recorrida por distintos  barrios en horas de la tarde”. Por el mal tiempo esa movilización no se realizó,  y se cambió por una concentración frente a la sede de AEBU en el centro de Mercedes, donde se constató “la ostensible vigilancia que fueron objeto por parte –al menos- de tres  parejas de funcionarios policiales de particular, de los denominados “tiras” en la jerga popular”. Cuadrado agregó que  tomar conocimiento del  hecho no le sorprendió “porque  en tantos años de militancia sindical primero, y política después, tantas veces fuimos  nosotros mismos quienes nos sentimos vigilados sin motivo ni razón”.

Hugo Cuadrado recordó que en comparecencia ante la  comisión parlamentaria el ministro del Interior, dr. Didier Opertti  “se mostró dispuesto a revisar el funcionamiento de  los servicios de Inteligencia policial”. Agregando “el propio dr. Opertti no descartó que hayan podido existir acciones que respondieran a la inercia de la dictadura”.

Una práctica que siguió realizándose más allá de las afirmaciones del ministro del Interior. Dos años después, en  1997, se realizó una movilización sindical aprovechando la visita a  Mercedes del entonces presidente de la República, Julio María Sanguinetti, donde fue notoria la presencia de Policías de civil, filmando a los manifestantes.  El entonces diputado Roque Arregui expresó sus discrepancias con   el procedimiento policial.  Expresándole al entonces Jefe de Policía de Soriano ispector (r) Roberto Zunino que los trabajadores organizados sindicalmente han demostrado responsabilidad en la organización de actos  y manifestaciones, y que el hecho de ser filmados hiere  la sensibilidad de quienes, en la convicción de sus ideas, se expresan democráticamente” (diario La República, 21/07/1997).

Por casa también

Los Archivos “Berrutti” vienen a corroborar esas afirmaciones y aunque resulte auto referencial es de orden señalar que quien escribe esta nota también aparece  en un par de informes  de la inteligencia policial, incluyendo fotocopias de notas que por los años 90 escribíamos en el diario capitalino La República; y además  incluyendo un minucioso listado de  direcciones y teléfonos de todos los integrantes de la redacción  y corresponsales de ese diario. Lo que refleja  que bien entrada la democracia los servicios de inteligencia seguían infiltrando espías  y soplones en todos los ámbitos que informaban al detalle. En esa lista  por ejemplo se incluyen los números telefónicos de los periodistas, tanto de sus lugares de trabajo con  de sus domicilios e incluso se detalla aquellos que tenían teléfonos celulares, algo que  a principio de los años 90 no era muy común, y por tanto más difícil de obtener un registro.