(escribe prof.  Alejandro Carreño T) De espaldas a la cámara, con paso más que de modelo que de ministra, la Vocera del Gobierno de Gabriel Boric, Camila Vallejo, luciendo un llamativo modelito, informó sobre la creación del programa “Gobierno Informa”. De inmediato 1984, la novela de George Orwell, se me apareció en gloria y majestad. El Ministerio de la Verdad comenzaba a tomar forma en Chile. Por cierto, La Moneda no tiene tres mil habitaciones, le basta con una. Su función, como en la novela, será dedicarse “a las noticias, a los espectáculos, la educación y las bellas artes”,: es decir, a informar lo que pomposamente la vocera llamó “gestión del Gobierno” (Fuente: Esfera Pública. https://www.youtube.com/watch?v=qmvv29xKDxs. Ver video hasta el minuto 2,1)

El ministerio a cargo Camila Antonia Amaranta Vallejo Dowling, la ministra que cuenta todos los días una mentira diferente, se llama Secretaría General de Gobierno. Tal vez a poco andar se convierta en Ministerio de la Verdad, pues es eso lo que el gobierno de Su Excelencia quiere: contar su verdad o, en otras palabras, convertir sus mentiras en verdades, como toda la trama vergonzosa de los indultos a delincuentes y terroristas, que la prensa libre ha desenmascarado y colocado ante la opinión pública.

¿Necesita La Moneda de un Ministerio de la Verdad al mejor estilo de 1984 para informar de su gestión a la ciudadanía? Evidentemente no. No necesita de un “programa especial” para hacerlo, por la simple razón de que existe la vocería que a diario ofrece la Secretaría General de Gobierno que, en muchas ocasiones y para resguardar a la ministra Vallejo de otra mentira más, la encargada de ella es otra ministra que ha hecho de la mentira también su tarjetita de presentación: Carolina Tohá, la ministra del Interior.

Pero Tohá está en fase terminal, (aunque su poder hoy en La Moneda deja a los otros ministros en miniatura), y Vallejo tiene aún muchas mentiras que contar. Entonces el Partido Comunista la cuida porque la ve como futura candidata presidencial. El sueño del pibe, como dicen los argentinos. Lo cierto es que “Gobierno Informa” es un cínico eufemismo de “Gobierno Controla”, como el Gran Hermano de Orwell. “El Gran Hermano te Vigila”. De hecho, el programa estará en todos los canales, como dijo Vallejo: “Qué implica este espacio: es poder entregarles a ustedes, los ciudadanos y ciudadanas, a los canales nacionales y también los canales regionales la información, la gestión del Gobierno”. Se supone que si son nacionales son también regionales.

Si “Gobierno Informa” tiene nexos con 1984, que cada vez es menos distópica de lo que se cree, pues su distopía se acerca cada vez más a la realidad que viven algunas sociedades, también tiene cercanía con modelos reales. “En Contacto con Maduro”, programa anunciado por el dictador a través de un tuit del 11 de marzo de 2014: “Todos pendientes hoy a las siete de la noche, tendremos una sorpresa, prendan su radio...estaremos en "Contacto" por nuevas vías.. pendientes. 5:21 p. m. · 11 mar. 2014”. Señaló, además, que servirá para estar en comunicación con el "pueblo" y estará articulado con las redes sociales”.

Ambos programas se anuncian en el mes de marzo con pocos días diferencia y con la misma propuesta comunicacional: “estar en contacto con el pueblo”, dijo Maduro; “entregarles a los ciudadanos y ciudadanas la gestión del Gobierno”, señaló Vallejo. ¿Alguna diferencia? Ninguna. El “pueblo” da para todo. Solo que el Súper Bigote partió desde la radio y la Vocera desde la televisión. Pero lo que importa, en realidad, es la intención alienante, de sometimiento, disfrazada de “interés por el pueblo, por los ciudadanos”, que se esconde torpemente detrás de estos programas disociadores de la paz social y falsificadores de las comunicaciones.

“El Gran Hermano te Vigila”. Esa es la consigna que yace por tras de estos programas que “solo quieren transmitir la verdad y evitar que las falsas noticias contaminen la democracia y la destruyan”.  Ignoro si las autoridades chilenas tienen pensado inmortalizarse en muñecos, como Nicolás Maduro y su señora Cilia Flores: Súper Bigote y Súper Cilita, héroes que salvan a los venezolanos de los ataques de los enemigos yanquis y de los enemigos internos. Monos que se transmiten diariamente por la televisión venezolana.

Los muñecos animados, ridículos y ofensores de la democracia, tienen la misión de manipular, adoctrinar y desinformar mediante la propaganda política. Nada diferente de lo que pretende el gobierno de Su Excelencia, a quien un “odioso columnista” llama de Accidente Presidencial. Ahora, si las autoridades chilenas se deciden emular a sus pares venezolanos, un buen nombre para ellos sería: “Camila, la Súper Pinocho” y “Gabriel, el Súper Pinocho”.

Y ya podrían para esta Navidad, como lo hizo Maduro, repartir sus muñecos a los niños de todo Chile para que se diviertan con ellos, porque en Chile, país de las maravillas, todo puede suceder.

Incluso “Gobierno Informa”.