(escribe prof Alejandro Carreño T.) La Facultad de Humanidades de la Universidad de Chile bien podría llamarse Facultad Pedófila de la Universidad de Chile. Por lo menos dos ‘tesis’ que son una apología al pedófilo y a la pedofilia, la sacaron de su discreto y conveniente silencio y la hicieron noticia. Noticia vergonzosa, es cierto. Pero noticia, al fin y al cabo. Ahora la Facultad está en boca de todos. Medios nacionales e internacionales y redes sociales han festinado con ella. Se trata, sin duda, de ´trabajos académicos’ despreciables avalados, sin embargo, por profesoras guías respaldadas por el Decanato de la Facultad y por la propia Universidad.

Las tesis “El deseo negado del pedagogo: ser pedófilo”, de Mauricio Quiroz Muñoz, del año 2020, que tuvo como profesora guía a Marcia Ravelo Medina y la tesis “Pedófilos e infantes: pliegues y repliegues del deseo”, de Leonardo Alfonso Arce Vidal, del año 2016, cuya profesora guía fue Olga Grau, desnudaron no solo la indecencia de una investigación de esta naturaleza, sino la desidia con que las autoridades universitarias asumen su rol fiscalizador de lo que se produce académicamente en su universidad. Más aún, avalan el trabajo realizado por los estudiantes.

El diario El Sol de México, de Ciudad de México, en su edición del martes 27 de diciembre, en un artículo titulado “Académicos chilenos se titulan con tesis que normaliza abuso de menores: universidad promete revisión”, cita la declaración emitida por el Decanato de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Chile: “Consideramos que las investigaciones aludidas corresponden a trabajos académicos puramente teórico, que no reportan intervención sobre poblaciones humanas (...)". (https://www.elsoldemexico.com.mx/mundo/academicos-en-universidad-de-chile-se-titulan-con-tesis-que-normaliza-abuso-de-menores-9386508.html). ¿Qué puede decirse ante tamaña estulticia de las autoridades académicas?

Bien poco. Es cierto que reconocen la ‘sensibilidad del tema’, como si reconocerlo autorizara ultrajar los derechos de los niños: “La figura del pedófilo desde un enfoque histórico y filosófico nos obliga como pedagoges a replantear nuestra concepción de la sexualidad del niñe, adolescente y la propia, removiendo así los dogmas del adultocentrismo”, dice la porquería académica de Quiroz Muñoz (Fuente: Resumen/Reseña, Repositorio Académico de la Universidad de Chile: https://repositorio.uchile.cl/handle/2250/179587#:~:text=La%20figura%20del%20ped%C3%B3filo%20desde,as%C3%AD%20los%20dogmas%20del%20adultocentrismo).  No solo un asco el contenido, también la forma lingüística aberrante, propia de idiotas. Porquería académica que el Decanato defiende porque se trata de “trabajos académicos puramente teóricos” que no “reportan intervención sobre poblaciones humanas”.

Usted, lector, comprende no solo la gravedad de una tesis planteada en estos términos atentatorios contra los derechos de los niños y los principios morales que rigen o debieran regir los estudios académicos, más aún en una Facultad de Humanidades, sino, también, la gravedad que encierra la declaración de las autoridades académicas, que no condenan lo hecho por la Facultad de Humanidades, y con su connivencia dejan las puertas abiertas para que otros descerebrados continúen ‘teorizando’ con el apoyo de otros irresponsables profesores guías, sobre estos ‘temas de género’ que promueven el abuso de los niños.

La tesis de Mauricio Quiroz Muñoz relaciona la educación y la pedofilia y asume la defensa de la pedofilia en la pedagogía: “La noción de víctima debe funcionar para una protección contra el abuso y no como ocultamiento de una verdad perturbadora. Les niñes son pervertides. Les niñes pueden reclamar goce al adulto”. ¿Estos son los planteamientos teóricos defendidos por el Decanato? ¿Una teoría que valora el enfoque pedófilo en la educación, puesto que niega la pureza sexual del niño cuando afirma que “Les niñes son pervertides” y “pueden reclamar goce del adulto”?

El medio argentino Negocios&Política, en su artículo “Escándalo en la Universidad de Chile: Viralizan dos tesis que hacían apología de la pedofilia”, señala: “El entonces estudiante se desempeña actualmente como profesor de Filosofía en un colegio de Santiago, según su perfil de Linkedin” (https://negocios.com.ar/mundo/escandalo-en-la-universidad-de-chile-viralizan-dos-tesis-que-hacian-apologia-de-la-pedofilia/). ¿Usted, lector, permitiría que Mauricio Quiroz Muñoz le diese clases de Filosofía a su hijo, conociendo su pensamiento sobre el pedófilo y su relación con el niño?

Por su parte la tesis “Pedófilos e infantes: pliegues y repliegues del deseo”, de Arce Vidal, ilustra ya en la dedicatoria, la aberración moral de su contenido: “Dedicada a los niños y niñas de deseo inquieto, para que alguna vez puedan tocarse y ser tocados sin miedo ni culpa”. / “A los pedófilos de deseo culposo, para que exorcicen su malestar y sus temores por amar a quienes aman”. / “Y también a PP: recuerda, bonito, verte a través de mis ojos cada vez que estés triste”. Sería interesante que este cretino dijese quién es “PP”, puesto que son pocas las lecturas que pueden desprenderse de esta última parte de la dedicatoria: o es su pareja homosexual (“bonito”), o es un niño abusado. Solo él lo sabe.

Al final de su artículo, El Sol de México, comenta: “El proceso para que las investigaciones fueran aceptadas como trabajos académicos, implicaron un asesor que aceptó los temas y un equipo académico que revisó su desarrollo, por lo que toda la institución tendría que analizar de forma exhaustiva los lineamientos necesarios para el reconocimiento de lo que puede contribuir a demeritar la gravedad del abuso infantil”. Pero, para el Decanato de la Facultad de Humanidades, las tesis “cumplieron con los requerimientos del proceso de evaluación académica”. Seguramente así fue.

Como así fue también el ensayo “Ciudadanía y formas de violencia: violencia de género en América Latina”, escrito por Olga Grau, profesora guía de la tesis “Pedófilos e infantes: pliegues y repliegues del deseo”, publicado en la revista Caravelle, N. 102, 2014: “Los relatos de realidad-ficción cuentan el deseo y el placer que pudo experimentar una niña con un viejo que la manoseaba. No se sintió abusada. Como tampoco un hermano por otro hermano”. Parodiando el refrán, de tal profesora guía a tal alumno. Otro de los textos de Grau es patético: “Los apetitos que despierta en una niña un perro doméstico cercano, permitiendo que la lama hasta tener orgasmos exquisitos, hasta decir ‘Menos mal que el perro no podía hablar” (biobiochile.cl: https://www.biobiochile.cl/especial/bbcl-investiga/noticias/articulos/2022/12/27/olga-grau-la-profesora-guia-de-tesis-pedofila-que-comparo-deseos-sexuales-de-ninos-con-la-dictadura.shtml). 

¡Una vergüenza! Pero son los nuevos aires que se respiran en Chile, donde todo lo anormal se ha naturalizado debido al ‘progresismo’ impulsado por corrientes ideológicas que confunden democracia y libertad de pensamiento, con violencia moral, violencia física y violencia política. Lo ocurrido en la Universidad de Chile no es más que una hebra de la crisis terminal que vive la educación en Chile: salas de aula convertidas en laboratorios de bombas molotov, tráfico de drogas y hasta redes de prostitución, implantación de ideologías radicales, acuchillamiento de estudiantes y redacción de trabajos espurios que atentan contra niños y adolescentes, como acabamos de revisar en esta columna.