(por Aldo Roque Difilippo) “Era un secreto a voces que podía haber golpe de Estado” comentó Hugo Cuadrado, ex dirigente bancario en los años 60 y 70. En diálogo con @gesor Cuadrado rememoró aquellos primeros años de la dictadura cívico-militar desde las vivencias familiares y de sindicado de AEBU.

Recordó que por resolución de la CNT (Central Nacional de Trabajadores) si se concretaba el golpe de Estado “se decretaba la Huelga General con la ocupación  de los lugares de trabajo. Y eso fue lo que pasó. En la madrugada del 27 de junio en Montevideo se tomaron fábricas, y organismos del Estado. Acá en Mercedes los bancarios, nos declaramos en huelga; y también los papeleros, los compañeros de UTE  y de otros gremios”.

¿Esa medida fue automática, al conocerse la noticia, o el Plenario se reunió y resolvió sumarse a la huelga?

-Yo no recuerdo que nos hayamos reunido como Plenario Intersindical. Seguramente lo hicimos. Nosotros (los bancarios) éramos un gremio muy fuerte. Hubo una Asamblea en Montevideo,  y como ya no había transporte público, se paralizó el país durante varios días. De esa asamblea de bancarios los compañeros lograron regresar a Mercedes en un  camión de la Cooperativa Bancaria, porque no teníamos  transporte para volver.

Yo tengo una anécdota personal porque  tenía a mi señora estaba en Montevideo con una de mis hijas enferma. Estaban en el Hospital Español, en la calle Garibaldi. Cuando le dieron el alta tuvo que llamar a un amigo, porque no había ómnibus ni nada. Montevideo era una ciudad en guerra. El bolichero de la esquina le había guardado leche porque sospechaba que iba a precisar para esa niña enferma, porque Conaprole estaba  en huelga. Después me llamaron para ver cómo hacían para poder venir a Mercedes.  Yo tenía un autito,  pero no había dónde cargar combustible, entonces un  tío de mi señora que vivía en Ecilda Paulier, me dice si llegás hasta acá yo te doy para llegar a  Montevideo. A la vuelta hicimos lo mismo y  logré venir.

Cuando entré a Montevideo, era  el segundo o tercer día del golpe de Estado. Entré de noche y daba miedo.  Sabía que en la calle me podía tocar un miguelito (*) que habían tirado para algún patrón de ómnibus que estuviera trabajando. No andaba un alma por la calle.

¿En esa época el Plenario Intersindical dónde se reunía?

-No tenía sede propia como ahora. Funcionaba más que nada en la sede de AUTE (Asociación empleados de UTE), en Colón casi la rambla. En AUTE es conocido el liderazgo de los compañeros Piccone (Aurelio, recientemente fallecido) y  Ricardo Blanco (de quien durante muchos años se desconocía su paradero hasta que sus restos fueron encontrados en el Batallón Nº 14 de Montevideo). Sino en la sede  del gremio de los bancarios  o en el Centro Papelero.

¿Cómo se hacía para mantener el gremio en funcionamiento en una ciudad como Mercedes donde todos nos conocemos? ¿Seguramente  habría más de un  “tira” (**) marcando sus movimientos?

-AEBU logró mantenerse con un funcionamiento mínimo, tanto en Montevideo como  en todas las sedes del país. Nosotros teníamos actividades deportivas, e inventábamos actividades sociales. El 30 de abril siempre inventábamos que era el cumpleaños de alguno, pero era  la reunión del 1º de mayo. El  30 hacíamos la cena, se llenaba de gente y estábamos conmemorando el 1º de mayo de alguna forma. Recuerdo campeonatos de fútbol, con “Lalo” Fernández (Eduardo, histórico dirigente del gremio bancario) que ya estaba de Presidente del gremio, y que venían de Montevideo cantando versos de murga. Era lo más revolucionario cantar eso en esa época.

Llegaban  cantando a la Plaza Independencia y después nos íbamos a la cancha de Bristol y comíamos un asado. Estaba lleno de “tiras” que nos vigilaban. Eso se mantuvo  y fue un pequeño triunfo dentro de  tantas derrotas.

(*) Abrojo de 4 puntas realizado con alambre metalizado  u otro elemento resistente. Al ser tirado en el suelo una de las puntas siempre  queda hacia el cielo.

(**) Policía de civil que cumple la labor de espía.