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(Escribe Calle 52) Llegamos a la quinta y última entrega, hemos compartido desde el 11 de marzo junto a ustedes, unos cuantos testimonios de personas allegadas a la música y su interacción con el gran compositor Argentino Astor Piazzolla.
En esta entrega final, dos visiones que tienen puntos comunes: Silvana Simonet “ Lic Psicología ” y Gustavo Casenave “ Compositor/Pianista”; ambos uruguayos.
La pregunta fue: escuchaste a Piazzolla, ¿que pasó después?
Disfruten de los testimonios.
Silvana Simonet, uruguaya, Lic. Psicología/Terapeuta Familiar.
“vuelvo a vos
Con mi deseo, con mi temor”
Nacía en el año que Astor se presentaba en el Olimpia de París.
Unos años más tarde recuerdo escucharlo sonar en los discos de vinilo de casa, dejándome llevar por sus sonidos y el tarareo de mi madre que se hacía más enérgico en algunos temas mientras me trasmitía un estar entregada a su música, no habían palabras solo sonidos, vibraciones, entrecerrar de ojos… mi abuela, mientras tanto seguía el ritmo golpeteando con sus pies en el suelo…Astor habitaba mi casa de a ratos y sin dudas que era emociones… la emoción de la entrega a la música, a dejarse llevar, por una invitación a sentir.
Hubo tiempos donde nos “separamos”, tal vez los recorridos musicales transitaban otros mundos… pero, como no volver a esa invitación, a esa sugerencia, a ese darte la mano para llevarte a tu interior?
La música en general nos invita a un viaje y el viaje de Astor es tan claro e ineludible…no hay posibilidad de confundirse, sin dudas, es hacia adentro de uno mismo.
Pensar cómo fue su viaje con la música, como transito el tango, como habito el jazz, como fusionó, sin haberse perdido un minuto en el camino de la exigencia hacia esa excelencia exquisita.
Un dialogo intenso entre música y emociones que acompaña armoniosamente las fuerzas vitales más profundas que nos llevan por las cuestiones humanas ; nada es definitivo y uno transita sus inquietudes y sus descubrimientos y tal vez eso sea lo que nos trasmite en su música, esa posibilidad de reciclarnos, de reconstruirnos, de entregarnos a explorar, de dejarnos encantar , de viajar a otros mundos y aun así…seguir siendo siempre los mismos…tocar el corazón del otro siempre de la misma manera, con ese mismo tono que nos hace únicos.
En este sentido Piazzola siempre es una propuesta de una potencia increíble a cruzar las tormentas de nuestros mares, hasta agotarnos y descubrir que también llega la calma.
Si hay algo que permite la música de Astor es generar un medio, un clima, un tiempo sin tiempo para entregarse al vibrar de sus notas, para contactar con emociones, tal vez las que él propone… pero como decir que no? Como no resonar con esa exquisita potencia vital? Como no dejarse abrazar e interpelar a la vez?
Como no volver a su encuentro siempre… llenos de deseos y porque no…de temores?
Gustavo Casenave, Pianista/Compositor/Arreglista. Director Musical/Profesor uruguayo radicado en Nueva York.
El año es 1991, es verano y estoy volviendo a mi casa después de un ensayo de nochecita.
La tele esta prendida, mis hermanos y mi mamá no están mirando y no le prestan atención.
Mientras que voy caminando hacia mi cuarto voy escuchando algo que me llama mucho la atención.
Vuelvo hacia la tele y veo a este tipo vestido de negro tocando un bandoneón, inmediatamente lo relaciono con el tango, solo que esto era diferente.
Ahí escuche por primera vez el tema Adiós Nonino, tocado por su autor, en esa retransmisión o programa especial que estaba haciendo Canal 10 acerca de Astor Piazzolla.
Ahí me quedé como hipnotizado frente al televisor, mientras todos a mí alrededor seguían en sus cosas, como si nada estuviera pasando.
Después de ese día no volví a tener contacto con la música de Piazzolla, hasta que tres años después ya en Berklee College of Music en Boston, me empiezo a interesar por el Tango, y a buscar material en la biblioteca de Berklee.
Ahí me encuentro con videos y música de Piazzolla y muy poca cosa del tango tradicional.
En el 97 me mudo a New York, y empiezo a enseñar Jazz en el Harbor Conservatory en East Harlem y también a tocar por todos lados, en los clubes y festivales de jazz de la ciudad.
Estando de Gira por Europa , toco con el guitarrista y jazzero austríaco Thomas Wallisch, al mismo tiempo, conozco a Raúl Jaurena y Pablo Aslan, que me invitan a tocar con sus grupos: New York Tango Trio y New York – Buenos Aires Connection.
La cosa es que para los primeros conciertos que me contrataron para tocar toda la música de Piazzolla.
Esto era para un programa en el Lincoln Center, donde todo el repertorio era la música del quinteto de Piazzolla.
En el grupo estaba Pablo Aslan en el bajo, Raúl Jaurena en bandoneón, Leo Suarez Paz en violín (hijo del Fernando Suarez Paz, el violinista que tocaba con Astor), Pancho Navarro en guitarra y yo en el piano.
Para mí fue todo un desafío, ya que me tuve que aprender todo el repertorio en una semana, y especialmente al ser música donde todas las notas estaban escritas, sin lugar a la improvisación a la cual venía acostumbrado al estar metido de lleno en el mundo del jazz.
Este desafío me acerco a mis raíces clásicas, donde al practicar el repertorio, volvía a mi niñez y adolescencia en la forma de estudiar la música, o sea que era como estudiar a Chopin/Bach, dejando la escritura del jazz y el lugar a la improvisación.
24 años después, veo que en cierta forma fue como un camino a la inversa, ya que la música de Piazzolla que representa el Tango nuevo, fue el puente que me llevó a conocer el tango tradicional y sus orígenes.
Lo que encontré en su música, fue un ejemplo o una guía de cómo lograr unir mis tres principales vertientes musicales que son el Jazz, el Tango y la música Clásica.
Durante todos estos años, tuve la oportunidad de tocar Piazzolla en Asia, Europa y las 3 Américas.
Ya sea un show de tango, de Jazz o de música clásica, Piazzolla funciona con todo.
En el 2013 grabe junto a Héctor Del Curto (bandoneonista de la orquesta de Osvaldo Pugliese) el disco “Eternal Piazzolla”, presentándolo en Taiwan, Japón y por todo Estados Unidos.
Por otro lado, hice también mis propios arreglos de temas de Astor, tocándolos con el gran violonchelista chino Yoyo Ma en el 2011, y también con mi propio grupo: Tango Casenave.
Astor Piazzolla estuvo, está y estará siempre en mi radar musical como un referente.
Pero más que eso, es la satisfacción de interpretar su música lo que más me lleva a tenerlo presente.
Agradecimientos
Guillermo Fuentes Rey
Horacio “ Macoco “ Acosta
Leonel Gasso
Fabiana Forischi
Leonardo Febles
Alberto Magnone
Néstor Imbriani
Jorge Píriz
Carlos Daniel Lastra
Silvana Simonet
Gustavo Casenave
Los invito a disfrutar la poesía de Horario Arturo Ferrer Ezcurra en este video, escrito para su compañero de andanzas.
Astor Piazzolla
Tangamente, gracias siempre.
Calle 52
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