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(escribe Calle 52) Llegamos a la cuarta entrega donde estamos ofreciendo diferentes testimonios de Músico y personas vinculadas al arte en general, donde le preguntamos; escuchaste a Piazzolla, ¿que pasó después?
Los protagonistas de hoy son: Jorge Píriz y Carlos Lastra, ambos tienen puntos en común. Nacidos en Argentina y con sangre uruguaya, Jorge reside en Uruguay, ambos tocan el saxofón, Carlos es un músico profesional reconocido fuera y dentro de Argentina.
Disfruten.
Jorge Píriz, Abogado, Escritor/ Publicaciones sobre Derecho, Músico Aficionado. Argentino/Uruguayo:
“Mi hermano menor en la vida”
Muchas veces me detengo a pensar en cuáles serán los convites de algunos simples momentos vividos y jamás concluyo.
Quizás este último sea precisamente el convite.
Expreso esto ahora porque hoy, justo hoy, sucedió, estaba escuchando a Piazzolla con Gerry Mulligan, sin embargo ese no era el simple momento que me convidaba porque Piazzola era un visitante muy asiduo de los únicos dos ambientes que mi casa tenía, del taller de mi viejo, del galpón de mi abuelo anarquista, en mi niñez y adolescencia.
Gerry un visitante muy asiduo de mi juventud y adultez universitaria, experimental, urgente; el simple momento era otro: una vez cuando yo ya estaba en "la Capital" estudiando fui de fin de semana a ver a mis viejos que eran “porteros” o “caseros” de un edificio de Punta del Este, en la esquina de ese edificio había una casa o un chalet de veraneo, era la de Astor sobre la que había leyendas urbanas a montones, en realidad ni siquiera se si era de su propiedad o de su familia, eso no importa. El domingo muy temprano a la mañana de ese bendito fin de semana, salimos a caminar con el viejo, compartíamos el mate y algunos comentarios, de repente pasamos por “la casa”, por su vereda inexistente, por sus silencios y ausencias más absolutas, se hizo una pausa en la conversación como si algo o alguien nos estuviera diciendo “esperen, dejemos esa conversación por un rato, tenemos que hablar de algo más importante ahora”, se interrumpe la pausa y el viejo, me pregunta, más bien sentí que me interpeló:
“Mirá si sale el maestro ¿Qué harías?”
Yo: “haría lo obvio, le preguntaría como se hace”
Mi viejo: “si me imaginé, debe ser muy difícil hacer la música que hacía, el tango que creaba e interpretaba, todo lo que hizo con él, pateando todas las estanterías de siempre."
Yo: “no, no, no me refería a la cuestión técnica o teórica o de interpretación del tango como parte de la música, yo de eso no se nada, no soy músico, me refería a otra cosa, algo más raro, que se yo….no me des pelota”.
Mi viejo: “no, no, no, ahora decime”.
Yo: “es que es medio difícil de explicarlo, ni siquiera sé cómo se lo preguntaría”
Mi viejo: “Intenta”
Yo: “le preguntaría ¿Cómo se hace para entender al tango en sus orígenes más ancestrales, más allá de la verdulera del gaita. del tano cargando su angustia, sus esperanzas en un barco, del tosco y callado Alemán, encontrarlo de repente en el áfrica, en ritmos de pueblos originarios de tierras ni siquiera europeas, en un candombe, en un milongón, por ejemplo?, pero por sobre todo le preguntaría ¿Cómo se hace para que el tango en vez de hablarme del desamor, del engaño , la traición, del cafetín, los “gomías”, de la percanta, de la guapeza, el dolor y la miseria, me hable del otoño, la primavera, el invierno o el verano porteño, de mi abuelo anarquista y su despedida, de la libertad, la libertad y Paris, del mes de octubre, de la marejada, de lo que vendrá, de nuestro tiempo y el movimiento continuo, de lo revolucionario o el revolucionario, de los romances del diablo, de tres minutos con la realidad? ¿te das cuenta, me entendes ahora?.
Mi viejo: “creo que sí”.
Retornando a casa solo fueron silencios, apenas me convidó un par de mates, todo lo demás fue silencio.
Hoy, si justo hoy, cuando lo vuelvo a escuchar tocando con Mulligan, pero 25 o 30 años después de aquella conversación, vuelvo en el recuerdo a ese momento y si Piazzolla saliera de su casa, le preguntaría, pero esta vez de seguro con mucho más ansiedad, no hay mucho tiempo, maestro!!!
¿Cómo se hace?
Qué se yo, en una de esas…..tengo suerte.
Carlos Daniel Lastra, Músico/Saxofonista/Argentino, Profesor de Saxofón y Taller de Ensamble , Conservatorio Superior de Música Manuel de Falla:
Piazzolla, una mirada a la distancia.
Para 1974, mi incipiente encuentro con el Jazz y la llegada a mis manos del primer saxo tenor, se encontraban de frente con una formación clásica en guitarra y una escucha más orientada al folclore rioplatense y en menor medida, al tango.
Los 70´as eran épocas difíciles para vivir en Buenos Aires, pero esa es otra historia.
A pesar de tanta oscuridad, cierta vida cultural seguía sucediendo en la ciudad porteña.
Un año antes, si mal no recuerdo, había ido con mis padres a escuchar al octeto eléctrico de Piazzolla al Teatro Opera. Esta sería la única vez que lo escucharía en vivo. Después serían los discos de pasta y especialmente “Reunión Cumbre”, también editado en 1974, donde Piazzolla convoca a Gerry Mulligan para un registro lleno de historias y desencuentros.
Este cruce de culturas llegó justo en mi transición hacia el Jazz y la inclusión de Mulligan (a quien ya veníamos escuchando con mi hermano en los discos del pianista Dave Brubeck) me acercó a la música de Piazzolla no mucho más.
A partir de ahí mi orientación artística se volcó hacia el mundo del Jazz exclusivamente, tal vez un defecto, pero con el que convivo cómodamente.
A mi regreso del Berklee College of Music, para 1986, ingreso al quinteto de Juan Carlos Cirigliano, quien fuera pianista de Piazzolla durante un período de tiempo. Ahí sentí el respeto y el asombro de Juan Carlos hacia el tremendo talento y virtuosismo de Astor, creador, indudablemente, de un estilo único e irrepetible. De él conocí la compleja y difícil personalidad de un Astor contradictorio y apasionado, tal vez y solo tal vez, facetas necesarias del genio.
Los invito a una nueva entrega donde tendremos nuevos testimonios y sorpresas para ustedes.
A seguir leyéndonos y cuidarnos.
Calle52/José Ferreira
Dijo Astor:
Gracias a que mi música es muy de Buenos Aires, muy porteña, estoy trabajando en todo el mundo, porque encuentran que es una cultura diferente, una cultura nueva, es como el folklore, aunque de esto se hace poco y nada. Siempre están los eternos folkloristas en la Argentina que no han avanzado demasiado, pero con el tango yo avancé. Los demás que me vienen detrás están por el año 50 todavía.
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