El Dr. Alvaro Garcé dijo que no es una cuestión de nombres sino de gestión dentro del Ministerio del Interior. En diálogo con @gesor el ex  Comisionado Parlamentario y actual asesor  en materia de seguridad del presidenciable Luis Lacalle Pou opinó sobre los cambios que deberían instrumentarse para mejorar la seguridad en el país.

En la hipótesis de que se  mantenga la mayoría por parte del partido de gobierno ¿En el Ministerio del Interior, es una cuestión de nombres? Porque el Dr. Vázquez ha dicho que va a mantener en el cargo al actual Ministro Eduardo Bonomi, y desde  la oposición se  ha planteado que Bonomi no puede seguir.

-Es un tema de política, de gestión, sin dudas.

¿Para usted puede seguir Bonomi?

-No me corresponde a mi decirlo. Nosotros estamos recorriendo el país difundiendo una propuesta de cambio y de innovación; y sobre todo de cambio tendiente a la prevención del delito. A darle  respuestas a las víctimas. A la protección al ciudadano honesto.

Creo  que cuando hablamos de la gestión, estamos hablando primero de un equipo, y de políticas que se han venido desarrollando. Esas políticas en materia de seguridad han tenido dos factores que  reforzarían la posibilidad de obtener mejores resultados. El  Ministerio del Interior hoy tiene el  presupuesto más amplio de su historia. Contar con los medios no asegura los éxitos pero es una condición indispensable. Tener el dinero como para poder llevar adelante las transformaciones es muy importante. El dinero lo tiene el Ministerio del Interior. Por otra parte el desempleo ha descendido en los últimos años y todos los modelos en la criminología señalan la relación que existe entre la resolución del conflicto social, es decir  cuando hay menos desempleo hay menos conflicto,  hay más oportunidades de trabajo y por lo tanto el delito tendería a disminuir. Sin embargo  con el mayor presupuesto de la historia, con el menor índice de desempleo los delitos han aumentado. Por lo tanto la  prioridad y el compromiso de la fórmula, esa propuesta que se nutre no solamente del Partido Nacional, sino de otras  fuerzas que acompañan la misma fórmula presidencial. Apunta a objetivos muy claros: la profesionalización de la policía, la inversión en infraestructura, la inversión en tecnología, la  rehabilitacion de las personas que están encarceladas, la prevención y la reducción del delito y la reducción de la impunidad.

Nosotros no nos podemos resignar a que de cada 100 delitos que se denuncien solamente  6 o 7 tengan un castigo penal efectivo.

¿Qué falla?

-Le diría que  hay algo que está faltando. Está faltando aplicación de la ley. Por un lado hay que reformar determinadas leyes. Estamos pensando en la Ley orgánica policial. En  la necesidad de  revisar algunas penas, por lo menos las que refieren al  crimen organizado. El delito es cada vez más organizado, la policía tiene que ser  cada vez más eficiente para enfrentarlo, y a su vez  las herramientas jurídicas que deben tener los jueces tienen que ser las suficientes en materia de penas como para enfrentar al crimen organizado.

Ud. me pregunta qué está fallando. Una de las cosas que está en el debe es la coordinación que debe de haber entre la policía y la  fiscalía por un lado, y la justicia por otro. Hay que  terminar con esa contienda donde la Policía siente que detiene a determinada persona, lo lleva a los juzgados y entran por una puerta  y salen por otra. Y al mismo tiempo la justicia dice no tenemos  más remedio que liberar porque carecemos de la prueba.

Por supuesto que es posible lograr una mejor tarea más coordinada, más efectiva. Para eso se requiere que cada uno haga lo suyo. El Poder Legislativo cambie las normas, que legisle, es decir que haya una adecuación de los medios jurídicos para tener una policía más eficiente. hay normas que hay que revisar. La ley orgánica policial en primer caso.

 Segundo, que el Poder Ejecutivo,  particularmente el Ministerio del Interior ejecute, que es aplicar la ley, ejercer la autoridad, ejercerla con firmeza.  Dentro de los límites de la Constitución, sin dudas, pero ejercer la autoridad.

Y finalmente la justicia manteniendo su independencia tiene que también aplicar la ley.