(escribe prof. Alejandro Carre´ño  T.) Si hay algo que distingue al PCV de otros partidos comunistas de la región, es su independencia respecto de la dictadura de Nicolás Maduro. Sobre todo, si lo comparamos con el Partico Comunista de Chile (PCCH), que se encuentra en sus antípodas. De hecho, no participará en las elecciones legislativas y regionales del próximo 27 de abril, porque el régimen de Maduro no ofrece ni garantías ni transparencia electorales. Y la prueba es la forma vergonzosa en que convirtió su derrota en las presidenciales de julio del año pasado, en espurio triunfo.
Para el PCV, la asunción oficial de Maduro el 10 de enero pasado, no representa otra cosa que el sometimiento de las estructuras políticas de Venezuela al régimen dictatorial: “De manera ilegal e inconstitucional, Maduro asumió un Gobierno de facto sin que el Consejo Nacional Electoral (CNE) presentara los resultados de las elecciones presidenciales del 28 de julio, desagregados por mesa de votación, tal y como establecen las leyes”, señaló el PCV, partido intervenido por el Tribunal Supremo de Justicia”.
En estas condiciones carentes de decencia política en que se encuentra el sistema político venezolano, ¿para qué participar en elecciones que de antemano ya tienen un ganador? En el fondo es validar un sistema democráticamente falso que solo respalda la mentira democrática de Nicolás Maduro. El PCV tiene la película clara: el dictador representa el “auge del autoritarismo y de la represión“. Del mismo modo, se refirió a las “normas arbitrarias para obstaculizar la participación política”. Para el PCV, los poderes públicos están controlados por la cúpula del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
No tiene, en realidad, ningún sentido hablar de elecciones en Venezuela. La dictadura de Maduro se ha apoderado de todos los poderes del Estado y los administra y somete a su antojo. Razón tiene, entonces, el PCV, y por qué no decirlo, dignidad, al no querer participar de la “chacota maduriana” llamada elecciones. “Chacota maduriana” que es tan del agrado del PCCH que, sin pudores de ningún tipo, reconoce en Nicolás Maduro a un demócrata y líder indiscutido de su pueblo. 
La enseñanza del PCV a sus compañeros de la región, especialmente a los chilenos, es de dignidad y respeto por sí mismos. De no entregarse como cachorritos a los mandatos del dictador Nicolás Maduro. Que el mensaje del PCV llegue a Lautaro Carmona, su presidente, Daniel Jadue, exalcalde con arresto domiciliario, Camila Vallejo, ministra de Estado, Carol Kariola, diputada, Daniel Núñez, senador, Carmen Hertz, diputada y tantos otros comunistas chilenos que solo maman de las tetas del Estado ya sea en el Parlamento o en La Moneda y cuelgan de sus cuellos al santito Maduro.