Wilfredo Díaz Valdéz uno de los participantes impulsores de estos encuentros anuales de Escultores en Palmar reseñó a su manera lo que han sido estos 10 encuentros. En el acto inaugural Díaz Valdéz comenzó diciendo: “yo soy una persona que no se hablar. No tengo formación académica, soy una persona que cuento con tercer año de Escuela Rural, y después tuve la suerte que me crecieran alitas y salté un poquito. Volar es otra cosa. De todas maneras yo he venido más de una vez acá , he visto en el tiempo un proceso progresivo de la capacidad no solo de la parte organizadora, sino de los artistas que participan”. Agregando más adelante “tengo mucha admiración por la gente que tiene capacidad creativa, capacidad de invención intuitiva más allá de las capacidades racionales, de las capacidades de formación de cualquier género. Seguramente que mi condición de autodidacta me hace pensar de esa manera, pido disculpas, pero es mi naturaleza, y he visto una progresión de los participantes, una decantación de los conceptos, un haber aprendido mirando. Despojamiento , síntesis, y mayor expresividad”.
El quehacer creativo
Sobre el final Díaz se refirió al futuro y la necesidad de documentar estos encuentros para la posteridad: “a mi me gustaría que esto se pueda documentar con un catálogo. Que esto quede, que esto no se borre, y que esto comprometa a las generaciones que vienen detrás de nosotros para que esto tenga una continuidad, que crece, crece, crece; y que se acerquen también los críticos, la gente que opina, la gente que tiene que estar en los espacios donde se publicita el quehacer creativo”.