Otra vez en casa

(Por Enrique Lécaille) Como había anticipado @gesor, el mercedario Roberto Matosas volvió a Uruguay, para ofrecer la conferencia titulada “Aprendiendo de los mejores”. 

Por estas horas disfruta de la compañía de su madre y demás familiares y amistades. 

Matosas fue futbolista profesional en equipos como Peñarol de Montevideo y River de la AFA. Su presencia en su ciudad natal nos permitió entrevistarle y hacer un rápido repaso de su carrera deportiva.

“Todos hemos venido con cierto regalo genético”

-Matosas, usted estuvo hace seis años en Mercedes, compartiendo sus conocimientos con respecto al desarrollo personal ¿En qué consistirá esta nueva disertación?

“Es una exposición relativa también al liderazgo, pero dirigda a la necesidad de comprender que debemos buscar modelos a seguir para lograr nuestro crecimiento individual, cosa que solemos descuidar. Vamos a enfatizar sobre el desarrollo interior, porque muchas veces creemos que el talento es para unos elegidos, pero no es así. Todos hemos venido con cierto regalo genético y debemos explotarlo”.

-¿Qué lo ha llevado a dedicarse a esta labor? ¿Cuándo le nació este interés?

“Cuando yo dirigí en Primera División en México conocí a un brillante educador de ese país que se estaba dedicando a esto, al desarrollo de la inteligencia, y eso me llamó mucho la atención. Para mí era algo completamente nuevo. Yo tenía que la idea que no ser bueno en matemáticas, como era por ejemplo mi caso, era sinónimo de no ser inteligente. Yo nunca fui bueno en matemáticas y entonces me había autoetiquetado que no era inteligente. Pero ese profesor me ayudó a comprender que la inteligencia no es un componente único. La inteligencia  es un conjunto de habilidades que tienen que ser desarrolladas. Luego de eso comencé a trabajar con él e hice una maestría y desde entonces  apliqué esos conocimientos en el fútbol, aunque son para la vida en general. No es una receta mágica, pero ayuda muchísimo”.

-¿Si como estudiante usted no era bueno en matemáticas, en qué asignaturas sí lo era?

“En ninguna, porque no le dedicaba tiempo. Además yo tenía el problema que tiene todo el mundo: nos pedían que estudiáramos pero no nos enseñaban cómo debíamos estudiar. Empleábamos la memoria, palabra por palabra. Estudiábamos, pero cuando llegaban los exámenes nos poníamos nerviosos, nos olvidábamos de una palabra y se nos venía la noche encima No nos enseñan cómo desarrollar la parte derecha del cerebro, que es la parte creativa, cómo subrayar un texto, es decir sacar lo que es importante y llevarlo a la comprensión”.

Sus años en Mercedes

-¿Dónde estudió en Mercedes? ¿A qué escuela concurrió?

“Estudié Primaria en la Escuela Número 4 y Secundaria en el Liceo José María Campos. Hice primer año de Preparatorios y ahí surgió la oportunidad de irme a Peñarol de Montevideo, así que allí terminé mis estudios”.

-Antes de irse, usted ya había tenido una intensa actividad deportiva, pero no sólo vinculada al fútbol.

“Es cierto. También hice baloncesto. Ambos deportes en Bristol”.

-¿Por qué en ese club, si los Matosas estaban en el oeste de la ciudad, donde su abuelo catalán construyó sus famosas casas?

“Porque Bristol fue el club donde jugó mi padre y además la sede, que por entonces estaba en calle Ferrería y Artigas, me quedaba cerca de la casa a la que nos habíamos mudado, en calle Sánchez, donde vive mi madre.  Yo llegué a este barrio cuando tenía 11 años y de ahí en adelante comencé a ir a Bristol. Ahí hice gran parte de mi vida. Afortunadamente en aquella época no había televisión ni teléfonos celulares, ni comutadoras, así que pudimos disfrutar el tiempo de una manera natural. Recuerdo, por ejemplo, que cerca de la sede de Bristol, en la esquina de Sánchez y Artigas, había un baldío, donde hoy están los apartamentos, y allí pudimos hacer también nuestra base como deportistas”. 

-¿Quién fue su primer Director Técnico?

“Era un directivo de Bristol que aprecié muchísimo, el Vasco Torreglosa. También estuvo de entrenador en aquella etapa el padre de Pablo Forlán, otra muy buena persona del club”.

-¿Qué compañeros recuerda de aquellos años juveniles, cuando mezclaba fútbol y básquetbol?

“Recuerdo a muchísimos muchachos con los que compartimos momentos inolvidables. Además eran grandes deportistas. En básquetbol, por ejemplo, había una generación increíble, que se destacó a nivel nacional. Recuerdo por ejemplo a los hermanos Machín, Jorge Bruni, el “flaco” Sosa, Pagani, Broggi o a los hermanos Koster y los Irigaray”.

-Antes de irse a Montevideo usted tuvo también la oportunidad de defender a la selección de Soriano...

“Sí, en el año 1958, con el ex campeón mundial Roberto Scarone como director técnico y con compañeros como Javier Espalter, Simón García, Vargas, Castromán, Cuevas, Betolaza. Yo tuve la fortuna de llegar a la selección cuando estaban en ella muchos de quienes ya eran referentes del fútbol de Soriano”.

-Por aquel entonces usted era volante…

“Si, yo jugué en varios puestos, pero donde me sentí más cómodo fue en la posición en la que terminé jugando, es decir como zaguero central. De todas formas, cuando llegué a Peñarol de Montevideo tuve la suerte que el técnico húngaro Bela Guttman me diera la oportunidad de jugar en varios puestos y con eso fui ganando confianza.

-Hoy estamos pendientes de la repesca para ir al Mundial, con una selección que en el último campeonato del mundo alcanzó el cuarto puesto, desatando una euferio especial en la gente, algo que no sucedió con aquella selección que usted intengró, en el Mundial de México 70.

“Sí, ahora se le ha dado una amplia repercusión, pero creo que nosotros tuvimos muchísimo mérito, porque esta selección actual tiene jugadores más completos y tiene gol, algo que a nosotros nos faltaba. El jugador que nos podía aportar gol en el Mundial de México, Pedro Virgilio Rocha, se nos lesionó a los 22 minutos del primer partido, contra Israel. Igual aquella era una muy buena selección, con jugadores como Mazurkiewicz, Ancheta, Montero Castillo, Maneiro, Espárrago.

-¿Cómo era aquel grupo humano?

“Muy bueno, éramos muy unidos. Creo que buene parte de ese cuarto puesto fue debido a esa unión y a una idea que tuvo el preparador físico, el Profesor Langlade, que aconsejó llevarnos a Quito y Bogotá, para someternos a un período de adaptación a la altura. Eso fue determinante para el cuarto puesto en el Mundial.

-Sin dudas usted estaría lejos de imaginar por entonces que allí en esa tierra donde se estaba jugando la Copa del Mundo iba a pasar gran parte de su vida”...

“Es verdad. Yo todavía jugaba en Peñarol y cuando me contrataron después, no fui con la idea de quedarme, pero así se dieron las cosas. No sólo hice la parte final de mi carrera sino que terminé haciendo el curso de entrenador y luego comencé a dirigir distintas categorías,hasta llegar a Primera”.

-Compartiendo esa experiencia con otros uruguayos…

“Sí, es verdad, incluso con un mercedario, como Héctor Eugui. Con Héctor fuimos campeones con el Toluca y convivimos varios años en la misma ciudad, con la ventaja de estar en el mismo club”.

-¿Qué otros uruguayos estaban en esa época en el Toluca?

“Estaba el golero Walter Gassire, que había atajado en Defensor, y Enrique Esquivel, un delantero que acá en uruguay había jugado en Nacional”.

-Usted sigue viviendo en México, pero el linaje Matosas se mantiene en Uruguay. Sigue habiendo una tradición de su familia vinculada al fútbol, como su hijo Gustavo, dedicado a la dirección técnica. 

“Sí, como Gustavo o como mi hermano Luis, que ha hecho un muy buen papel como entrenador donde ha actuado, y ahora también su hijo Leandro, qu.e está dando sus primeros pasos como golero. Yo creo que tiene cualidades, así que espero que le vaya bien”.

NOTA: La conferencia de Roberto Matosas en Mercedes está programada para este lunes en el Teatro "28 de Febrero", a las 21 horas. Es abierta a todo público. El valor de la inscripción es de 300 pesos.

A los lectores de @gesor que realizan comentarios, en particular a quienes ingresan en la condición de incógnito, no se molesten en hacer comentarios ya no son publicados debido a que no dejan registro de IP ante eventual denuncia de alguna persona que se sienta dañada por ellos.
Igualmente reiteramos lo que hemos escrito en anteriores oportunidades, que pueden referirse con la dureza que se entienda pertinente pero siempre dentro del respeto general y no discriminando ni agraviando, o con expresiones que de alguna manera inciten a la violencia. Los comentarios son una herramienta maravillosa que debemos preservar entre todos.

Quiere comentar esta noticia?

* Campos obligatorios

* Nombre: * Correo Electrónico: * Comentario: * Caracteres