Fernando Pereira es uno de los asiduos concurrentes al Jazz a la Calle. Expresa orgulloso que no ha faltado a ninguno de los Encuentro, desde su creación, afirmando “el Jazz instalado en la ciudad como parte del patrimonio cultural”. En diálogo con @gesor el presidente del Frente Amplio dijo que proyectos como los desarrollados en torno a  Jazz a la Calle hacen “a

la pública felicidad. Porque la pública felicidad uno la puede pensar en que la gente tenga vivienda, tenga trabajo, pero también tenga alimentada el alma a partir del arte y a partir de la cultura. A partir del acceso al teatro, a la música, a la plástica, a la danza”.

Para nosotros venir al Jazz a la Calle y no hacerte una nota a vos,  es como no haber  venido al festival.

-“Si, vine a todos. Estaba hablando ahora con parientes de acá, de mi compañera, que siempre pienso, bueno, este año podría tomarme un descanso y quedarme todo el tiempo en el mismo lugar para descansar de mejor manera, pero llega el Jazz y me vengo. y es parte de mimar y acariciar a un acto cultural y a una política comunitaria de traer el arte a la calle y una música que en principio se podría pensar como elitista, colocarla en el barrio Puerto, en la Mazana 20 y en el corazón de los mercedarios.

Yo la revolución que he visto entre 2007 y 2024 ha sido de un volumen tan grande, ha sido tan grande el crecimiento del Jazz, de aquel festival, al encuentro de músicos, a la escuelita, a la UTEC, al Jazz instalado en la ciudad como parte del patrimonio cultural, a la declaración de la Unesco como capital del Jazz, y bueno, eso sin duda es para Uruguay un tremendo espaldarazo. Para Mercedes también;   y ver la cantidad de gente que viene, eso  conmueve”.

Quizá el desafío para el Ministerio de Educación y Cultura sea poderlo replicar en otros departamentos. No como Jazz a la Calle, pero sí como otras propuestas culturales.

-“Creo que es de las propuestas culturales comunitarias bien pensadas, bien elaboradas, con pensamiento a largo plazo, con luces largas prendidas, con miradas estratégicas. Porque uno puede hacer un festival de Jazz en cualquier lugar, lo que no es tan fácil pensar es que casi 20 años después el festival y el encuentro sigan funcionando.  La escuelita sigue estando, la gente se siente parte, sigue dando sus hogares para que los músicos se queden. Que cada vez el conocimiento de la ciudad y del departamento sobre ella sea más importante. Bueno, probablemente uno mira América Latina y donde se toca Jazz en América, y Uruguay se colocó en ese lugar, a partir obviamente de los toques de Montevideo, de los toques de Punta del Este, que no se pueden ignorar, pero también de Jazz a la Calle, que ha sido una marca registrada, y donde hemos visto espectáculos de tremendo nivel, la mayoría de ellos sin costo, lo cual genera una sinergia que para mí hay que pensarla, analizarla, estudiarla y pensarla desde el punto de vista de la política cultural,  como parte de la pública felicidad. Porque la pública felicidad uno la puede pensar en que la gente tenga vivienda, tenga trabajo, pero también tenga alimentada el alma a partir del arte y a partir de la cultura. A partir del acceso al teatro, a la música, a la plástica, a la danza. Me parece que esto es parte de lo que el programa del Frente Amplio aprobó: empezar a mirar experiencias comunitarias para hacer de la cultura un centro de las políticas”.