El trabajo realizado por efectivos del Departamento de Delitos contra la Persona de la Zona Operacional II permitió detener a los extranjeros que amenazaron a una comerciante al no poder cobrar el préstamo que ofrecían en forma ilegal.
La denuncia fue presentada por una comerciante del barrio La Unión quien fue amenazada y agredida por un ciudadano colombiano que oficiaba de prestamista. Meses atrás el extranjero le había prestado dinero que debía pagar en cuotas y día a día. Cuando la cliente no pudo pagarlo en tiempo y forma, el cobrador la amenazó y agredió para intentar cobrar el efectivo.
Enterada la Fiscalía de Flagrancia de 8° Turno dispuso la vigilancia del comercio y detención de los autores. Es así que cuando los prestamistas concurren al comercio a cobrar el dinero, la Policía los detiene e incauta documentación relacionada a los préstamos, dos celulares, almohadillas de tinta, tarjeta de control de pago donde se especifica monto, cuota y valor que debe aportar la misma.
Con la información obtenida de la pericia que Policía Científica realizó de los celulares incautados se allanó el domicilio de los indagados donde se encontró: alrededor de 180.000 pesos uruguayos, 2.300 dólares, 254.000 pesos colombianos, una pistola calibre 9mm. con catorce balas de salva, once celulares, tres computadoras, 20 gramos de marihuana, así como calendarios de pago, tarjetas comerciales de prestamista, cuadernos con registros de los préstamos, varias publicaciones de préstamos de diversos tipos, un pasaporte, y un pendrive. Otros cuatro colombianos que se encontraban en la vivienda también fueron detenidos.
Cumplidas las instancias judiciales fueron formalizados y se dispuso la prisión preventiva por 90 días bajo la imputación de un delito de violencia privada con un delito de abuso de firma en blanco en concurrencia fuera de la reiteración, con un delito de asociación para delinquir en calidad de autores. Mientras que los otros cuatro detenidos declaran ante la Justicia.
Esto ocurrido en Montevideo es moneda corriente en Mercedes y Dolores, pequeños comerciantes asfixiados económicamente han tenido que recurrir a este tipo de prestamistas que si bien tienen facilidades al ser otorgados, deben pagarlo día a día, a diario se ve llegar a los "cobradores" en sus motos matriculadas en otros departamentos, siempre con la misma rutina de hora, el que no paga un un día al siguiente debe pagar la anterior y la del día y así se ha visto cerrar a varios pequeños comercios de barrios que a su vez son intimidados ante la imposibilidad de pagar. Muchos no denuncian por miedo, pero la Policía conoce la presencia y el accionar de estas personas que son varias y de esta nacionalidad, colombiana, en su momento Fiscalía también recibió algunas denuncias, sin embargo no se avanzó en las investigaciones. En otros departamentos, se ha formalizado y condenado a quienes actúan con el mismo modus operandi, pero por acá parece que se mira para el costado. Inclusive hace muy poco, los colegas de El Telegrafo publicaron -y @gesor lo replicó- cuando a fines de junio personal de la Brigada de Tránsito de Jefatura de Policía de Paysandú incautó una camioneta cuyos ocupantes nop contaban con documentación. El hecho ocurrió cuando los uniformados notaron que el rodado Volkswagen matrícula de Soriano, se desplazaba por Leandro Gómez al este y el conductor pretendió hacer una maniobra sospechosa por lo que le dieron la voz de alto. El rodado era ocupado por tres hombres mayores de edad. Al solicitarle documentación al conductor, de nacionalidad colombiano, indicó que no tenía. Es decir que están circulando por diferentes puntos del territorio nacional y las interrogantes son varias.

A los lectores de @gesor que realizan comentarios, en particular a quienes ingresan en la condición de incógnito, no se molesten en hacer comentarios ya no son publicados debido a que no dejan registro de IP ante eventual denuncia de alguna persona que se sienta dañada por ellos.
Igualmente reiteramos lo que hemos escrito en anteriores oportunidades, que pueden referirse con la dureza que se entienda pertinente pero siempre dentro del respeto general y no discriminando ni agraviando, o con expresiones que de alguna manera inciten a la violencia. Los comentarios son una herramienta maravillosa que debemos preservar entre todos.

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