Emilio Hourcade realizó  una  semblanza del  músico  mercedario Carlos Warren, en  una  charla en el  Día del Patrimonio,  realizada   en la Escribanía  Ingold Leguísamo. A continuación  transcribimos dicha  charla sobre este  músico coterráneo,   poco  recordado  en la  actualidad:

“Nace en Mercedes el 11 de marzo de 1891 la calle Álzaga (De Castro y Careaga) N° 16 y fallece en Montevideo el 21 de octubre de 1953

Su padre Carlos, desaparecido tempranamente, fue abogado, periodista, escritor y vicerrector del Colegio Nacional de Concepción del Uruguay (provincia de Entre Ríos).

En 1890 dirige el diario “La Idea”. En 1910 dirige la publicación IRIS

Su madre, Rosa Mernies, le dio sus primeras lecciones de piano.

En su hogar se vivía un importante aire artístico dado que además de ser su madre una muy buena pianista que amenizaba muchas de las reuniones celebradas en Mercedes, su padre componía versos que eran recitados también en esos eventos.

Contrariando a su familia, Carlitos comenzó en 1908 a tocar el piano en su ciudad natal, en cafés y casas de familia. El primer tango que interpretó fue “Cololó”, del violinista Santos Retali, también oriundo de Mercedes.

Debutó en el Teatro Casino de su ciudad, interpretando “La morocha”. Después, con un amigo se escapó de su casa, primero fue a Gualeguaychú y luego, se trasladó a Buenos Aires. Allí se empleó en una escribanía, tocando el piano en cines y cafetines, sin éxito. Admirador de Roberto Firpo, asimiló mucho de él, apreciando sus virtudes, cultivando además su amistad.

Retornó a Montevideo en el verano de 1914 y trabajó en el café Petit Salón de la calle Andes, en los bajos del Moulin Rouge, con el violinista Ataliva Galup y Minotto Di Cicco, que tocaba un acordeón semitonado. En 1915, Warren actuó en el famoso café Au bon Marché de Florida y Soriano, con Félix Rodríguez en bandoneón y el violinista Padilla. A fines del año se originó un incidente y el pequeño conjunto perdió su trabajo. A consecuencia de ello, se produjo la contratación de Juan Maglio (Pacho) en aquel local.

Tocaba en el cabaret “Moulin Rouge” propiedad de Emilio Matos (padre de Matos Rodríguez y de allí la relación y conocimiento que había entre ambos músicos). Producto de un incidente policial que costó la vida de Francisco “Pancho” Zerbino en una noche en que Warren tocaba en el “”Moulin Rouge”, Warren resuelve cambiar de género musical y comienza a incursionar en el Jazz, que hacía furor en Europa, formando así la primera banda de Jazz del Uruguay.

A los efectos de tocar ese nuevo ritmo que como dijimos, hacía furor en Europa, es llamado presentarse en la mansión de los esposos Miguel Lasala y Violeta Supervielle, estando hasta los inicios de la mañana siguiente interpretando temas, lo que marca el éxito de su presentación.

Formado el grupo, participan en la recepción ofrecida en 1917 al Almirante Capperton de la escuadra norteamericana que había llegado en esos días a Montevideo, siendo felicitados por el almirante y el resto de los oficiales de la marina estadounidense.

Unos meses después de haberse presentado Eduardo Arolas con su conjunto en Montevideo, este realizó una gira por la provincia de Buenos Aires, era el año 1919. Cuando estaba en la ciudad de Tres Arroyos, lo abandonaron José María Rizzuti y Julio De Caro. Esto obligó a Arolas a suplir la ausencia de De Caro con Miguel La Salvia y convocar urgentemente a Warren en reemplazo de Rizzuti. La orquesta se presentó en el cabaret Maxim’s unos meses hasta fin de año, luego se disuelve y Warren y Arolas volvieron a Montevideo.

Warren volvió a formar orquesta, presentándose en Carrasco y Parque Hotel y Club Uruguay, siendo animador de sus temporadas por muchísimos años.

En abril de 1921, fue uno de los fundadores de la Asociación de Pianistas realizada en los salones del desaparecido diario La Noche. En esta entidad, que funcionó hasta 1929, se concentraban todas las solicitudes de trabajo para las salas de espectáculos, cafés, cines, etcétera, no sólo para los pianistas sino para los músicos en general.

En una de sus consagratorias actuaciones en el Club Uruguay, fue felicitado por el Príncipe de Gales, momento que siempre recordaba con satisfacción y alegría.

La desaparición de la Asociación de Pianistas coincidió con el advenimiento del cine sonoro en Montevideo. Desaparecía así, una importante fuente de trabajo para los músicos. Los pocos cafés con palco resultaron insuficientes para la labor de los músicos. Aún en medio del desconcierto y de las dificultades, Warren siguió luchando para agrupar los músicos en otra institución. Fue la que antecedió a la Asociación General de Autores del Uruguay que funciona actualmente. El cantor y autor Carlos Marambio Catán dijo de él: «Warren era un verdadero gentleman, amable y correcto en todos sus actos».

En noviembre de 1933, la Típica Warren hacía sensación en los estudios de CX46 Radio América. Algunas noches tuvieron entre el público a Carlos Gardel.

Su obra más exitosa es “Siga el tango”, que muchos años después reviviría su fama, al transformarse en candombe con el nombre de “Siga el baile” (Alberto Castillo – Los auténticos decadentes). Otros títulos: “Porque te quise”, “Compadrito”, “Marcelo”.

Hasta el final, su simpática figura fue infaltable en los eventos tangueros. Sin duda alguna, Carlos Warren es un músico trascendente y consular en la historia del tango rioplatense.

Dentro de la exposición armada a los efectos de este evento llevado a cabo dentro del Día del Patrimonio en la casa Ingold Leguisamo, incluimos cartas que se remitieron entre Carlos Warren y Germán Matos Rodríguez, diciéndose éste últimos sobre el pianista y director mercedario lo siguiente: “Ud. es el único capaz de tener una buena orquesta. No necesita ni recomendaciones ni muñequeos”.

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