(Por Enrique Lécaille)  El Estadio “Casto Martínez Laguarda”, de la ciudad de San José de Mayo, donde se presentarán el próximo domingo las selecciones de Mercedes (Sub-18 y mayores), por la segunda ronda de la Copa nacional de la Organización de Fútbol del Interior (OFI), fue fundado el 25 de noviembre de 1943. Tiene capacidad para aproximadamente 4.000 espectadores. Tras una reforma, fue habilitado otra vez el 25 de noviembre de 1978. Ese día hubo un partido amistoso entre la selección josefina y la selección juvenil de Argentina, que por entonces se preparaba para participar del Campeonato Sudamericano de la Categoría, Torneo “Juventud de América 1979”, a la postre ganado por Uruguay. En ese plantel argentino jugaba Diego Armando Maradona. El cotejo terminó con victoria del conjunto visitante (4-0), con anotaciones de Ramón Díaz, Ronaldo Barrera y Diego Armando Maradona (2). Con la reforma, además, se bautizaron sus tribunas: Oribe, Lavalleja, Rivera y Artigas. 

Más adelante, con motivo de la Copa de Oro o Mundialito, que se realizó de diciembre de 1980 a enero de 1981, la selección uruguaya que conducía Roque Gastón Màspoli se concentró en la Hostería del Parque Rodó, de la capital maragata, y utilizó para muchos de sus entrenamientos el "Casto Martínez Laguarda". El público local pudo ver en acción así a jugadores como Hugo De León, José Moreira, Víctor Diogo, Ruben Paz, Venancio Ramos, Julio César Morales, Waldemar Victorino y un dueño de casa, el volante Ariel Krasouski, entre otros. 

El estadio posee pista de atletismo e instalaciones para salto y lanzamiento de peso. 

En el verano del 2004 se cumplió allí parte del Torneo Sudamericano Juvenil de Rugby, organizado por la Confederación Sudamericana de ese deporte (otro escenario utilizado para ese certamen fue el Estadio Suppici de Colonia del Sacramento).  

El nombre del estadio rinde homenaje a un dirigente maragato de recordada participación en la época de los campeones olímpicos de la década del 20, cuyo papel merece ser contado. 

Previo a la Copa América de 1923, el entonces Presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Doctor Atilio Narancio, había prometido a los celestes, si obtenían dicha copa, al año siguiente, que viajarían a las Olimpiadas de París. Uruguay gano aquel torneo y la promesa fue cumplida. Llegada la fecha de viajar a Francia hubo necesidad  de sortear dos grandes dificultades: primero, la obtención de recursos para solventar el traslado y la estadía, y segundo aguardar la confirmación del Comité Olímpico Uruguayo, autorizando la representación en Colombes, cosa que finalmente ocurrió. Al respecto, el Doctor Narancio hipotecó una de sus propiedades para ayudar a financiar el largo viaje en barco. 

A todo esto la AUF había enviado a Europa a su delegado, Casto Martínez Laguarda, a los efectos que se encargara de organizar una gira previa a los Juegos Olímpicos, con el propósito de conseguir más fondos para el alojamiento y la alimentación. Martínez Laguarda logró entonces una serie de partidos que permitieron que por primera vez un equipo sudamericano realizara una gira por tierras europeas.

El 16 de marzo de 1924, a bordo del buque “Decirade” partió hacía el Viejo continente, el plantel del seleccionado nacional uruguayo, integrado con los siguientes futbolistas: Andrés Mazzali y Pedro Casela (como arqueros); José Nasazzi, Humberto Tomassina, Fermín Uriarte, el salteño José Leandro Andrade, Pedro Arispe, José Vidal, Alfredo Zibecchi, Pedro Zingone y Alfredo Ghierra (como defensas y mediocampistas); y los delanteros José Naya, Pascual Somma, Héctor Scarone, Pedro Petrone, Pedro Cea, Pedro Etchegoyen, Santos Urdinarán, Zoilo Saldombide y Ángel Romano. Además acompañaba la delegación el masajista Ernesto “Matucho” Figoli, el arbitro, Ángel Atilio Minoli y como delegado de la AUF Asdrubal Casas (luego en España se uniría el nombrado Casto Martínez Laguarda y en París el Doctor Enrique Buero).

Acompañaban a aquella delegación dos periodistas, uno del periódico “El Día” de Montevideo, Lorenzo Batlle, y otro de la revista “Actualidad”, Carlos Quijano.

Como se sabe, la selección uruguaya de fútbol regresó victoriosa de aquellos Juegos Olímpicos de Colombes, derrotando sucesivamente a Yugoslavia, Estados Unidos, Francia, Holanda y Suiza. Pero aquella gira previa, lograda por Martínez Laguarda, quedaría también formando parte de las mejores páginas del glorioso fútbol uruguayo, no sólo por ser la primera de un equipo sudamericano en Europa, sino también por la sensación que causaron los celestes. Manuel De Castro, periodista del “Faro de Vigo”, escribió por entonces: “Por los campos de Coya pasó ayer una ráfaga olímpica... Hemos visto jugar a los sudamericanos. Y cómo juegan...! El equipo olímpico del Uruguay ha maravillado a la afición gallega que fue a Coya...”