José E. Rodó. Mario Urchipía es un conocido empresario rodoense,titular de panadería La Pescara y su establecimiento ubicado a 5,500 km de la localidad, junto a ruta 2, fue copado y asaltado en las últimas horas, cuando él no se encontraba en la casa y sí estaba uno de sus empleados, conocido como "El Flaco" Hernández, quien fue muy parco a la hora

Por su parte Mario Urchipía dijo a @agesor "nos felicitamos que no estábamos, revolvieron todo en la casa, al extremo, habrá sido media hora que estuvieron adentro, según el empleado. Llegamos, se baja mi mujer y me dice "mirá que nos entraron, no vayas a entrar, vamos a buscar a Hernández" y Hernández estaba atado en su habitación. Por medio de una ventana chica de una despensa que tengo cosas privadas, pudo entrar un policía flaquito y desatarlo, pero precisó de cuchillo para cortar la ataduras, le habían puesto en las manos unas ligas apretadas para que no tuviera fuerzas si se soltaba". Para Urchipía los delincuentes "sabían todos los movimientos, fui a buscar una camioneta a lo de Horacio Delgado en Cardona, el hijo me acompañó,lo fui a llevar después porque los compañeros de trabajo estaban ocupados, por esome demoré un poco más. Mi señora estaba en yoga, andaba en otro vehículo, si no me espera, no sé que hubiera pasado". Don Mario "toda la vida en Rodó, estuve 42 años en la panadería, nunca me había pasado algo similar, dormíamos con la puerta abierta toda la vida. Esto me lleva a cambiar de pensamiento, la tranquilidad acá se terminó,los delincuentes están más preparados que los policías, a mi manera de pensar, ellos buscan el lugar y el momento estratégico, cuando invaden,invaden, están un ratito y desaparecen".

Por su parte, Hernández, el empleado que sufrió en carne propia el copamiento señala que "estaba por prender la estufa, entró un auto y me preguntaron los dueños de acá, preguntaron por el nombre de ellos, cuando le dije que no estaban, me pidieron el celular y cuando lo fui a buscar, entré a la cocina y sentí un ruido de atrás, me encañonaron, tiraron una campera encima y me ataron. Fue poco después de las 7.00 de la tarde. No pude ver cuantas personas eran, no me golpearon, me ataron en la pieza y se alejaron dejando el televisor prendido por lo que no pude sentir más nada. La única voz que sentí fue la que me dijo quedate quieto que no te va a pasar nada, no sé si eran uno, dos o tres. Supongo que a la casa entraron por el vidrio de la venta que rompieron. Hace un año que estoy acá, nunca me había pasado esto, estuve veinte y pico de años en otros lugares. Esto me deja como reflexión que no podés estar tranquilo, de acá me tengo que ir, no estoy tranquilo, elegí el campo para vivir y ahora me pasa ésto. Mi compañera estaba en Mercedes por suerte".